EFE
El texto redactado por los obispos chilenos se elaboró a petición del Vaticano, que en mayo de 2011 remitió una carta a las Conferencias Episcopales de todo el mundo solicitando líneas generales para asistir a las víctimas de abusos y para prevenir este tipo de casos.
“Este es el fruto de un proceso emprendido por la iglesia en Chile en uno de los momentos más dolorosos de su historia. Los abusos contra menores perpetrados por clérigos marcan, ciertamente, un antes y un después en la vida eclesial chilena”, sostuvo el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic.
Asimismo, el obispo Goic puso énfasis en que este documento también surge a raíz de los casos que “estremecieron” a la Iglesia, refiriéndose a los abusos sexuales cometidos por el sacerdote chileno Fernando Karadima.
Para los obispos, “las acciones de Karadima siguen interviniendo y provocaron un daño inconmensurable” a la institución.
Karadima, un influyente sacerdote octogenario que formó a cinco obispos chilenos y casi medio centenar de sacerdotes, fue considerado en febrero de 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales y lo condenó a una vida de oración y penitencia.
En tanto, entre las nuevas normas de la guía, destaca que todas las personas que trabajen en la iglesia o casas pastorales deberán tener una formación certificada sobre los contenidos en esta materia, y tendrán que demostrar que no tienen juicios pendientes, ni antecedentes penales relacionados a este tipo de casos.
“El hacernos cargo de este flagelo es una tarea que hemos emprendido con humildad, reconociendo que en este caminar estamos todavía lejos del horizonte que nos proponemos de nunca más abusos”, sentenció el obispo Goic.