Los rezagados deberán ponerse a tono con la hiperactividad papal desde el 1º de enero de 2014, todos deberán marcar tarjeta –cartellino, en italiano–, una medida que incluye a los monseñores y solo “perdona” a cardenales y arzobispos. Según la revista Panorama que publica la información, esto es parte de la lucha de Francisco contra cierta pereza que parece haber detectado en su pequeño pero poderoso Estado Vaticano. Hasta ahora, los empleados de la Santa Sede no estaban acostumbrados a ser controlados en lo que a horario de entrada y salida se refiere. El objetivo, dice la revista reproducida por Infobae, es optimizar el trabajo del personal en la Curia y liberar a algunos sacerdotes de tareas administrativas recuperándolos así para la actividad pastoral que, como es sabido, es la gran vocación de Jorge Bergoglio.
Ayer, el Papa pidió que todo enfermo de sida tenga acceso a “los cuidados que necesita”, con motivo del Día Mundial contra el Sida. “Hoy es la Jornada Mundial de Lucha contra el VIH/SIDA. Expresemos nuestra cercanía a las personas que padecen, en especial a los niños”, dijo.