29 abr. 2025

Para vecinos de Ñemby, cura busca ampliar comercios detrás de iglesia

La icónica gruta de la Virgen de Caacupé, detrás de la parroquia San Lorenzo de Ñemby, se volvió en gruta de la discordia tras su reciente demolición.

Símbolo.  La imagen de la Virgen que daba a la calle y bendecía a peatones, ahora ya no está.

Símbolo. La imagen de la Virgen que daba a la calle y bendecía a peatones, ahora ya no está.

Insultos y acusaciones al pasar se reparten por igual vecinos y fieles. Un ambiente tenso domina todo el lugar, donde ahora solo hay escombros.

A un lado, están los feligreses que defienden las obras de refacción en el patio trasero del templo, promovido por el cura párroco Tadeo Brzuszek. Del otro, un grupo de vecinos se encuentran en vigilia desde el miércoles último. Esperan que la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) intervenga la parroquia ante supuestas irregularidades cometidas por el sacerdote de origen polaco. Los primeros, aducen que el cambio de sitio de la Virgen forma parte de un proyecto de “optimización y adecuación de los espacios” dentro del predio parroquial.

Aparte de la indignación que generó la destrucción del monolito, que resguardaba a la imagen santa hace más de 30 años, los detractores del padre Tadeo señalan que esa remodelación estaba proyectada, en un principio, para la ampliación de salones para locales comerciales; entre ellos, una sucursal bancaria.

En efecto, al lado se alquilan unos salones a Inverfin por al menos –dicen– G. 20.000.000 al mes, en total.

Con el revuelo mediático, en setiembre último, “cambiaron de idea”, señala Hugo Céspedes, quien inició una huelga de hambre en defensa de la gruta que para ellos es sagrada. “Queremos reconstruir, tal cual lo hicimos el año pasado, pero ahora va a ser desde las cenizas. Así como en Siria, en plena guerra, se puede ver esto: la destrucción de un lugar sagrado”, compara y muestra el lienzo negro que lleva en la solapa en señal de duelo.

Como símbolo, incrustaron la tapa de un ataúd para graficar la muerte de la confianza que tenían al cura polaco.

De espaldas. “Antes la Virgen miraba a la calle bendiciendo a los que pasaban, ahora mirará el estacionamiento vigilando los autos”, repudia Céspedes sobre el aparcamiento que el Municipio inauguró hace poco.

La medida de protesta que emprendió es para presionar a los obispos para que se expidan sobre la situación e intervengan la iglesia dirigida por Brzuszek hace unos 17 años y que ahora está de vacaciones en su país.

Orden. Los fieles que apoyan las reformas edilicias desmienten que la iniciativa del párroco haya sido unilateral; aseguran que se consensuó con los fieles durante las misas.

Hablan de que se ampliará el edificio para “salón de confesiones y una librería cristiana”, explica Lidia Espínola, presidenta del consejo económico de la parroquia.

“Los que se oponen son personas que ni siquiera asisten a la misa”, indica. Por lo demás, sostienen que el emprendimiento forma parte de una serie de trabajo de mejoras que se viene realizando alrededor del templo para liberar de vendedores ambulantes que dejan desperdicios de todo tipo en la vereda que se esparce dentro del patio de la parroquia.