En vísperas de las elecciones internas de los diversos partidos y movimientos políticos, los principales candidatos evitan mencionar entre promesas electorales cualquier compromiso de respetar los derechos humanos. Pareciera que el tema no interesa a los votantes; sin embargo, sigue siendo un elemento esencial para avanzar en el fortalecimiento de un sistema democrático.
Hoy, 10 de diciembre, se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, recordando que en una fecha similar, del año 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un ideal común para todos los pueblos y naciones. El Paraguay es uno de los muchos países del planeta que se han comprometido a respetarlos.
Aunque muchos asocian los actos conmemorativos de esta fecha más como un acto de recordación de los horrorosos abusos cometidos principalmente por la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), los informes de las organizaciones nacionales e internacionales sostienen que el Estado paraguayo sigue violando los derechos humanos e incumpliendo los convenios y las leyes que obligan a respetarlos.
Al respecto, hace menos de un mes, entre el 27 y 30 de noviembre, estuvo en el país una comitiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), encabezada por Patricio Pazmiño, uno de los siete jueces del órgano de Justicia, quien recorrió zonas del Chaco para visitar a las comunidades Yakye Axa y Sawhoyamaxa, del pueblo originario Enxet, y Xákmok Kásek, del pueblo Sanapaná, para verificar el cumplimiento de compromisos contraídos por los gobernantes del país.
La CIDH había dictado sentencia en los casos de estas tres comunidades, en 2005, 2006 y 2010, declarando la responsabilidad del Estado paraguayo por no haber garantizado el derecho de propiedad ancestral de estas comunidades y una serie de derechos derivados. Los sucesivos fallos de la Corte obligaron a que se les restituyan sus territorios ancestrales y otra serie de medidas para afirmar los derechos de las familias de ambos pueblos originarios. En forma total solo se han cumplido 3 de las 36 medidas de reparación. Ahora, el organismo emplaza a nuestro país a cumplir su compromiso; de lo contrario, se expone a sanciones internacionales.
Esta es apenas una de las muchas deudas pendientes que el Paraguay sigue teniendo, entre ellas la situación inhumana en las cárceles, la falta de seguridad ciudadana, la atención a necesidades básicas de un gran sector de la población. Urge un mayor compromiso de los líderes políticos en esta época de elecciones.