El vertedero clandestino se alza justamente en el sitio que une este emblemático, pero destruido espacio verde de Asunción, con el asentamiento San Felipe, el cual es utilizado por sus pobladores como paso para ir hacia la zona del microcentro de la ciudad.
Ana Lourdes Miranda, quien reside en una humilde casa de terciada y chapas en este lugar, señaló que los desperdicios son arrojados en horas de la noche o de la madrugada por carriteros y que a pesar del reclamo a las autoridades municipales, los mismos no son recolectados.
Indicó que ya soportaron similar situación en otras ocasiones y que si bien las cuadrillas de Aseo Urbano vienen y retiran los desechos, estos al poco tiempo vuelven a amontonarse en gran cantidad, sin que esa tarea se vuelva una práctica reiterada.
“La verdad es que en este lugar se tira de todo. Hasta animales muertos. Y el olor es insoportable por las cosas podridas que hay en el sitio. Tenemos miedo por la salud de nuestros hijos. Nadie atiende cuando hacemos nuestro reclamo de limpieza”, expresó finalmente.