“La gente va no porque haya un mejor sonido, una mejor proyección o mejores asientos que en sus casas, sino porque pueden participar en una experiencia con el público que hay a su alrededor”, indicó en conferencia de prensa tras haber presentado fuera de competición en el Festival de Cannes D’après une histoire vraie.
El realizador, un habitual del certamen, añadió que esa voluntad de compartir algo nos es inherente como humanidad, “desde el teatro griego al circo romano o a un concierto”.
“Me acuerdo de cuando los walkman se hicieron populares. Había gente que decía que iba a ser el fin de los conciertos”, destacó Polanski (París, 1933), quien bromeó con que no es lo mismo ver películas como Borat solo en casa, que con un público que se ríe.
La polémica sobre Netflix en esta 70 edición de Cannes estalló por la participación en la competición de dos películas producidas por la citada plataforma digital, tituladas The Meyerowitz Stories (del cineasta Noah Baumbach) y Okja (del surcoreano Bong Joon-Ho, el primero de Netflix en competir por la Palma de Oro), que no serán estrenadas en salas de cine.
Cannes anunció el pasado 10 de mayo que a partir del año próximo no tolerará la excepción que terminó aceptando en esta ocasión, por lo que desde el 2018 los filmes que compitan en el prestigioso festival de cine tendrán que ser estrenados en salas comerciales francesas. EFE