Una pequeña sala de la sanidad de la Penitenciaría de Tacumbú alberga a los reclusos que realizan huelga de hambre, en el caso de Arnaldo Genes, hace 72 días.
El hombre fue condenado en primera instancia a 10 años de prisión, de los cuales ya lleva cumpliendo cuatro, y asegura que no es culpable, por lo que espera que sea revisada su apelación.
“Estoy por una causa de un asalto que no cometí, de G. 500 millones a una empresa. Yo mismo pedí mi reconocimiento a la fiscala Estefanía González, me condenaron a 10 años. En 72 días de huelga bajé 24 kilos. Si nos morimos, es por culpa de la Justicia. No es una Justicia trasparente. No revisan las causas, no estudian. Si fallecemos, es por culpa de la Justicia y aquí vamos a morir”, señala en medio de la desesperanza.

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Genes tiene una audiencia pendiente que fue suspendida en 16 ocasiones. Durante la larga espera, el hombre permanece privado de su libertad. Sus abogados y los representantes de los Derechos Humanos de la Defensoría Pública, señalan que uno de los principales motivos de la dilatación suele darse en la conformación de las ternas de jueces.
Fermín Bobadilla está preso hace cuatro años y lleva 31 días con la medida de fuerza. “Pido que se estudie mi caso y si encuentran elementos para declararme culpable, que me condenen”, manifestó.
El recluso alega que unas imágenes del momento del delito que le atribuyen muestran al autor. Él señala que estaba enyesado en esa época y las pruebas son contundentes. Actualmente espera por una audiencia.
El juicio oral de Bobadilla ya se suspendió en tres ocasiones desde el año 2016. Sus defensores señalan que las pericias informáticas son contundentes para defender su inocencia.
Como máximo, las prisiones preventivas deben ser de seis meses y el sistema debe acelerar el tratamiento de estos casos, según el Código Procesal Penal. Sin embargo, el hombre hace cuatro años está recluido mientras mantiene la esperanza de que su juicio se realice en abril.
Exigen celeridad y justicia
Estos reclusos están acompañados de otros dos. Todos afirman que prefieren la muerte antes que seguir en esa situación. Consideran que en sus casos no existe justicia o que no se está actuando con la celeridad necesaria.
En los demás casos el proceso aún no ha superado los plazos establecidos. Sin embargo, existe una desconfianza y el temor de quedar preso durante años, sin que haya una condena.
Los huelguistas reciben asistencia sanitaria en la penitenciaría y alegan que los integrantes de la Defensoría Pública los acompañan permanentemente.
Una carta para los ministros de la Corte
Arnaldo David Genes, Julián Villar, Enrique Aquino Melgarejo y Fermín Bobadilla, quienes continúan con la drástica medida de fuerza, escribieron una carta que fue enviada al presidente y los ministros de la Corte Suprema de Justicia.
“Con toda franqueza y la sinceridad de lo más profundo de nuestros corazones, labramos esta acta de que si llegamos a fallecer, es culpa de la Fiscalía y nuestros Juzgados, por la inoperancia y mal desempeño de sus trabajos con toda la investidura que se merecen de que se haga una revisión y estudios de nuestras causa”, señala parte del escrito.
De 3.600 reclusos, solo 950 están condenados
Luis Villagra, director de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, comentó que de los 3.600 reclusos que constituyen la población de dicha cárcel, solo 950 tienen condenas, el resto está procesado.
“Tenemos mucha preocupación por el caso de la superpoblación. La estructura es para 1.200 personas. Con apoyo del Ministerio vemos la apertura de otros penales”, dijo.
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Reconoció además que no se ha podido acabar con los denominados pasilleros, que habitan el reclusorio en condiciones muy precarias.
“Ellos lastimosamente siguen ya que en promedio el 80% son reingresados, los que vuelven a reincidir y ellos son los mal llamados pasilleros”, señaló.
10.000 reos sin condena en Paraguay
De los más de 14.000 reos que habitan las distintas penitenciarias del país, solo 4.000 tienen condena y el resto está en proceso de investigación.
Un estudio del Instituto de Investigación de Política Criminal de Londres, Inglaterra, publicado en julio del 2017, ubicaba a Paraguay en el cuarto lugar en el mundo en la cantidad de presos sin condena dentro de su sistema penitenciario. A su vez, ocupa el primer puesto entre países de América Latina.
La cantidad de reclusos en los centros penitenciarios que supera la capacidad favorece el hacinamiento de los mismos y atenta contra sus derechos humanos.