Por Susana Oviedo
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Cuando en 1988 el papa Juan Pablo II visitó el Paraguay, en el país existían 50 congregaciones religiosas femeninas, y 26 masculinas. En la actualidad, 27 años después de ese histórico acontecimiento producido en plena dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), en el país están registradas 93 congregaciones femeninas y 35 masculinas.
Para este sector de la Iglesia Católica, la visita del papa Francisco al Paraguay, los días 10, 11 y 12 de julio próximo “será un refuerzo del aprecio del Santo Padre hacia la vida consagrada”, sostiene el sacerdote jesuita Alberto Luna, presidente de la Conferencia de Religiosos del Paraguay (Conferpar).
“Con Francisco resonará con más fuerza la invitación a la renovación y apertura que él, con su ejemplo, nos desafía a vivir. Su presencia y sus mensajes nos pueden inspirar y estimular”, confía.
María del Carmen Barrios, vicepresidenta de la Conferpar y provincial de las Hermanas Teresianas, comenta que les llena de profunda alegría saber que en un año tan especial para los religiosos, el Año de la Vida Consagrada, tendrán la posibilidad de compartir cara a cara con el Papa, “y escuchar su mensaje en forma directa, en el encuentro que tendremos en la Catedral”.
La presencia de Francisco será un gran aliento, a criterio del padre Néstor Ledesma, superior de los salesianos, quien asegura que el Papa encontrará a los religiosos y religiosas en un camino de renovación, más unidos en la misión, más abiertos a las necesidades de los pobres y “más alegres en el testimonio de nuestra vocación”.
El padre Luna explica que están articulados en una Conferencia y que buscan proyectar juntos una visión común. “Tratamos de formular cuál es el modelo de vida religiosa que Dios nos invita a vivir en el Paraguay de hoy y del futuro”, aclara.
Siguen habiendo jóvenes que piden ingresar a las congregaciones, aunque en los últimos años ha disminuido el número, reconoce.
DESAFÍOS. Para él los desafíos son la renovación de la vida religiosa misma, el testimonio profético de anuncio y denuncia, el compromiso y la cercanía con los pobres hacia una creciente fidelidad en el seguimiento de Cristo.
La hermana María del Carmen agrega como desafíos el vivir la consagración desde la alegría y el gozo de saberse elegidos para una misión concreta.
También el ser testimonio coherente de una vida alternativa y distinta a la que la sociedad de consumo y materialista ofrece.
“Estar junto a nuestro pueblo, en especial allí donde la vida clama, en medio de los más necesitados y empobrecidos. Unirnos en redes para poder responder mejor a tantos retos que nuestra realidad de hoy nos presenta”, dice y menciona la violencia contra la mujer, los jóvenes y niños, el vacío existencial y la extrema pobreza.
Para ella, las palabras de Francisco siempre son motivadoras y despiertan la fe.
“Es increíble cómo, no solo entre los católicos, su personalidad tiene repercusión en toda la sociedad. Se lo ve y siente como una persona muy coherente con lo que predica y nos anima a nosotros a vivir en esa misma coherencia”, afirma.
La visita del Papa provocará cambios en el Paraguay. “Su sola presencia ya es señal de novedad y de gracia abundante”, confía.