César Cabrera | cecabrera@uhora.com.py
El líder de la organización, Julio Cabañas, explicó que hace menos de un año se juntaron reservistas de las Fuerzas Armadas que son hijos, sobrinos e incluso nietos de los héroes de la Guerra del Chaco.
Indicó que tienen dos objetivos. Primero, evitar que los pocos veteranos sufran el calvario por el que pasaron los combatientes de la Guerra Grande o de la Triple Alianza, y segundo, evitar que los locales de la Unión Paraguaya de Veteranos pase a manos privadas.
Desde que se unieron, los integrantes recorren el país, o hasta donde los medios den, para homenajear a estos héroes.
El jueves estuvieron en el Fortín Boquerón, en el Chaco Paraguayo, para el acto en honor a la Batalla de Boquerón. Esta fue la primera contienda de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, librada desde el 9 hasta el 29 de septiembre de 1932.
Cabañas recordó que entre ellos en ese momento estaba el hijo del primer cadete paraguayo que atropelló el Fortín Boquerón; pero el señor, identificado como Ricardo Sánchez, no pudo hablar por los sentimientos que le asaltaron al recordar a su padre.
Ellos se reunieron “de manera informal” y notaron que varios eran descendientes de ex combatientes, por lo que decidieron formar la asociación.
Otro punto destacado por los reservistas fue el de las “madrinas de guerra”. “No hubo en ninguna otra guerra una madrina, acá fue el único lugar”, aseveró Cabañas. Las mujeres se encargaban de mandar provisiones a los soldados que estaban en el frente de batalla. Inclusive, muchos soldados terminaron casándose con su madrina al volver a sus ciudades natales.
El ministro de Defensa boliviano, Reymi Luis Ferreira, destacó que la Guerra del Chaco unió a dos naciones hermanas. “No importan las causas de la Guerra”, expresó durante su alocución en el acto del jueves.
El Gobierno boliviano entregó unas granadas karumbe’i, fabricadas por el capitán José Bozzano, diseñador también de los cañoneros Paraguay y Humaitá. Fueron 8 granadas que no detonaron y casi 80 años después fueron encontradas en una expedición boliviana en Villamontes.
El acto fue llevado a cabo con un gran sentimiento de hermandad entre Paraguay y Bolivia, con presencia de una comitiva de Rusia, ya que ese país envió sus saludos por la paz.