EFE
“Es un ejercicio cínico de burlarse de uno mismo y de los miedos, pero también un modo de corregir esa caricatura excesiva del tío que va por la calle fumando marihuana y mirándole el culo a las chicas”, dijo Sabina en una conferencia de prensa.
Vestido de ropa casual con un saco negro y un sombrero, Sabina se explayó sobre su decimoséptimo álbum de estudio, sobre su vida y señaló que la mayoría de las cosas negadas en el disco corresponden a etiquetas de los periodistas.
“Cosas, por ejemplo como cuando viajé a Chile una vez y un diario anunció que llegaba el profeta del vicio; me sobrevaloran”, dijo.
“Lo niego todo”, una pieza de 12 canciones, se posicionó en el número uno de ventas en iTunes, Google Play Store y Mixup y será la base de los conciertos del cantante en la gira internacional que comienza el próximo domingo en el Auditorio Nacional de la capital mexicana.
A una pregunta de Efe sobre la letra de “Lágrimas de mármol” en la que confesó: “si me tocó bailar con la más fea, viví para cantarlo”, dijo que fue un homenaje al Premio Cervantes español José Manuel Caballero Bonald y al Nobel colombiano Gabriel García Márquez.
“Es un homenaje doble, consciente. Pepe Caballero Bonald, muy amigo mío, tiene un libro llamado ‘Vivir para contarlo’, el Gabo, amiguísimo mío que cada vez echo más de menos, tiene ‘Vivir para contarla’ y en honor a los dos mi canción dice “Vivir para cantarla”, reconoció.
Joaquín Sabina inicia el domingo en la Ciudad de México una gira internacional por Latinoamérica y Europa; después de cuatro fechas en el Auditorio, cantará en Guadalajara, Monterrey y Puebla y luego en Reino Unido, España, Francia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
“Estoy muerto de miedo. Escribirlo y grabarlo ha sido un placer, una fiesta; el reto viene ahora en una gira larga en la que me gustaría no defraudar a la gente”, señaló.
“Lo niego todo” es el primer disco de estudio del poeta desde 2009 y en este hace revelaciones como que llora con las más cursis películas de amor, lo cual, según dijo, es verdad”.
"¿Por qué no me creen? ¿No tengo derecho a llorar a lo que me parezca?” se preguntó para después confesar que es un tipo cursi y sentimental como una peluquera de extrarradio.
Acerca de la posible canción más hermosa del mundo, Sabina contó que siempre quiso escribir algo parecido, pero si hay una con ese sello perfectamente podría ser “Knockin on heavens door” de Bob Dylan, premio Nobel de Literatura.
Al hablar del poeta Dylan, dijo que uno tiende a perdonarle todo a un tipo tan genial pero pudo ser caballeroso con la Academia Sueca, a la cual desairó cuando le entregó el Nobel de Literatura.
“No era necesario ser tan maleducado con los pobres suecos, pero él ha sido siempre así. Le he admirado siempre pero no te tenido ganas de tomarme una copa con él porque no creo que sea buena persona”, agregó.
Sabina respondió preguntas sobre política, criticó al presidente estadounidense, Donald Trump, y al referirse a sus miedos aceptó no temer a la muerte pero sí al deterioro físico.
“Quien ha tratado de vivir la vida intensamente como he tratado yo, a la muerte no le tiene miedo. Yo le tengo miedo al deterioro, no me imagino ciego sin poder leer, ni que me ayuden para ir al baño, aunque para eso se ha inventado el suicidio, un acto de libertad al cual no pienso recurrir”, concluyó.