Esta es la última semana que vas a tener que ver las caras sonrientes de los candidatos por todas partes. En la tele y en las paredes. Después del domingo ya no vamos a tener que escuchar sus promesas de que el paraíso está a la vuelta de la esquina: solo faltan unos días para que nuestras vidas sigan igual, o peor.
Se entiende bien esa sensación de que ir a votar no sirve de nada, porque como dijo alguien, “si votar sirviera para algo, estaría prohibido"; y eso que literalmente antes estaba prohibido, al menos para las mujeres paraguayas. No sé si sabías que Paraguay fue el último país de la región en conceder el derecho al voto a las mujeres.
Las paraguayas pueden votar recién desde 1961, y también ser elegidas “en las mismas condiciones que el hombre, para cualquier magistratura y funciones electivas”, según la Ley 704 de Derechos Políticos de la Mujer; cosa que a pesar de todo aún sigue costando, ya que la política todavía es cosa de machos...
El gran problema no es que la campaña política para las elecciones presidenciales 2018 haya sido aburrida; como tampoco que no sepas por quién votar, y que pienses que es como tener que elegir entre dengue y chikungunya; o pensar que un domingo es mejor utilizarlo para curar la resaca, ver fútbol europeo y comer un asado.

La cuestión está en que, inevitablemente, lo que suceda el día de las elecciones te va a afectar, de una manera u otra. Aunque creas que todo da igual y que igual el país va a seguir siendo una porquería. Yo te digo que no, que a pesar de todo hay algo que podés hacer. Vos podés hacer la diferencia, y ni te imaginás que en realidad el poder reside en tu voto.
Te explico. Hay un concepto que surgió en el siglo XVIII con un francés que se llamaba Montesquieu, que comenzó a hablar de la división de poderes para frenar los abusos de los autoritarios. La cuestión es que la división de poderes pasó a convertirse en una de las columnas del sistema democrático, pues desde aquellos tiempos ya se había experimentado que es muy peligroso que una sola persona concentre todo el poder. O como dicen los de Molotov: “Si le das más poder al poder, más duro te van a venir a coger...”.
Pues bien. La Constitución Nacional en su artículo 3 dice: “El pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de independencia, equilibrio, coordinación y recíproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otro ni a persona alguna individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público”.
Para asegurar que esas palabras no sean solo palabras y sean un seguro para la democracia, los ciudadanos tienen que participar. Esto significa que vos tenés que ir a votar.
En el cuarto oscuro una vez que tengas las papeletas en la mano pensá que, sea por quien sea que votes, el colorado o el azul, vos tenés el power para ponerle un freno a su poder, cruzando tu voto. Para las candidaturas de diputados y senadores tenés un montón de opciones.
Y tené en cuenta que vos le podés embromar bien grande al candidato que gane la presidencia, si evitás que acumule poder también en el Parlamento. Cómo independizamos a la Justicia es otro tema, pero ya veremos cómo hacerlo.
Lo cierto es que, si no te vas a votar, van a ganar ellos, los mismos malos de siempre.