La cifra fue dada a conocer por el Índice de Estigma En Personas que Viven con VIH, elaborado por la Fundación Vencer. El índice se basó en una investigación realizada a 400 personas que viven con el virus.
“Hay temas que principalmente nos llaman la atención de este trabajo. Uno de ellos es que siete de cada diez entrevistados manifestaron que en el último año sufrieron situaciones de exclusión o estigma a manos de otra personas”, refirió Martín Negrete, investigador a cargo de este estudio.
Según detalló, el estigma externo se tradujo en murmuraciones, exclusiones de ambientes familiares o sociales, acosos, insultos e incluso agresión física hacia la persona que es portadora del virus.
En relación al estigma interno, los entrevistados refirieron que cargan con la culpa de tener el VIH, tienen vergüenza, creen que se merecen lo que están pasando, etcétera.
“Esto ocurre con el 85% de las personas que fueron consultadas y que experimentaron esos sentimientos en el último año. Esto también derivó en que el 80% haya incurrido en conductas autodestructivas”, refirió Negrete.
En ese sentido, señaló que los afectados renunciaron a contraer matrimonio o tener hijos. Otros optaron por rechazar becas de estudio, por citar algunas reacciones.
Género. El investigador de Vencer habló también de la violencia de género hacia las portadoras con VIH. Señaló que ellas también son víctimas de maltratos psicológicos, físicos y hasta sexuales.
“Eso es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad. La violencia de género en las mujeres con VIH ya es precedente a su estado de portadora. Lo que esa condición podría hacer es profundizar más esa violencia”, refirió.
El estudio demostró también que las brechas entre hombre y mujer persisten. El investigador explicó que esas diferencias son anteriores a la condición de portardores del virus. Lo que esta situación haría, es profundizar ese desequilibrio que se da en el acceso a mejores salarios, condiciones de vida, puestos de trabajo, etc.
Negrete mencionó que estas cifras, principalmente la que tiene que ver con las discriminación, reflejan un comportamiento social. Señaló que la gente aún reacciona con temores y exclusiones hacia quienes son portadores del VIH.
“Básicamente este es un tema de educación, que es muy necesario. Es complicado educar cuando el mismo ministerio resuelve que en las aulas no se puede hablar de educación sexual y géneros. Si no se habla de eso ¿Cómo vamos a enseñar a la gente a no discriminar?”, se preguntó.
Fiebre, sudoración, diarrea, primeros síntomas del sida
Una persona portadora de VIH puede vivir mucho tiempo siendo portadora del virus. Sin embargo, una vez que ha pasado al siguiente estadio todo se complica.
La licenciada Rocío Cáceres, encargada del área de Inspección de ITS del Hospital de Calle’i, señaló que al complicarse el VIH aparecen en primer lugar la diarrea continua, la sudoración y la fiebre. A ello se suman la pérdida de peso, decaimiento y la aparición de una especie de ronchas en la piel.
“Al llegar a esa etapa, el virus del VIH se complicó y ya pasó a sida. Antes no es”, explicó la trabajadora de la salud. Comentó también que el grado de afectación de la enfermedad dependerá del estado anímico de la persona. A ello se sumará que el o la paciente presente otra enfermedad como neumonía u complicación en la salud.
Según explicó, el virus puede ser detectado 23 días después de que una persona portadora lo haya transmitido a una sana.
Según contó, la atención en su área tiene un especial énfasis en los controles a las embarazadas. En este sector cuenta que tuvieron dos casos positivos en lo que va del año. En total, en el hospital de Calle’i están tratando a unas 60 personas que son portadoras del VIH, detalló.