Buen ambiente se vivió ayer en Sajonia a pesar de lo vivido en los últimos días en campamento azulgrana. El público de Cerro, las más de cinco mil personas presentes en el estadio, le otorgaron calor al encuentro.
La victoria llegó al final, y vaya que Cerro sufrió para gritar el tan esperado tanto que le permite seguir con vida en el torneo y por qué no ilusionarse con la conquista del bicampeonato. Jonathan Fabbro, con su infalible ejecución desde los doce pasos, permitió que Cerro abriera el tanteador a pocos minutos del cierre del partido y lograra el triunfo.
Pocas ideas. Y si nos ponemos críticos en el análisis debemos remarcar el bajo nivel de juego de Cerro en lo colectivo. Rodrigo Rojas fue el único jugador que se mostró luchador para recuperar y activo para atacar. Bonet se proyectó siempre y en pocas ocasiones fue alimentado con pases hacia el ataque. Oviedo impreciso como hace varias fechas y Fabbro enojado consigo mismo. El juvenil Borja intentó rebuscarse en forma individual, pero fue acorralado por la defensa tricolor.
Vuelta de página. Por el sector de Nacional, Ricardo Dabrowski va a tener mucho trabajo para que su equipo vuelva a jugar bien al fútbol como no hace mucho logra hacerlo. Defensivamente se mostró firme, pero a la hora de culminar jugadas del medio hacia arriba aún es materia pendiente.
Cerro Porteño ganó, pero sufrió en demasía, evidenciando el momento del plantel a pocos días del final del torneo. La esperanza es lo último que pierde el hincha de Cerro y quien dice que la próxima semana nos toque comentar la conquista del bicampeonato, ¿será?