El premio, consistente en G. 102 millones, debía recibirlo en una ceremonia pública, presidida por el presidente Horacio Cartes, en un plazo que venció el miércoles 15 de noviembre último.
Ninguna de estas disposiciones se respetó, hecho que fue repudiado por diversos representantes del ámbito literario y cultural.
Al respecto, la autora, ganadora del referido premio por el poemario bilingüe Yvytu yma (Arandurã), reflexionó: “Esto que ocurrió tiene que alertarnos. Esta vez hubo mayor consciencia, la reacción fue más fuerte ante lo que pasó”.
Reveló que sintió una avalancha de emociones, que atribuye a los múltiples mensajes, llamadas y comentarios de apoyo que recibió, tanto de colegas, amigos y familiares, así como de seguidores, por la forma irregular en la que recibió el galardón.
“Yo creía –confesó la autora– que tenía pocos amigos, no soy de mucha vida social, soy medio solitaria, medio antisocial luego. Sin embargo, esta situación me permitió descubrir que tengo muchos amigos y seguidores”.
Para la escritora de Algún extraviado temblor, es el apoyo de la gente la mayor recompensa para un escritor, así como la aceptación del público. “Eso es lo más hermoso que se puede recibir trabajando en este campo”, aseguró la escritora y periodista, quien pensaba, equivocadamente, que su obra era desconocida.
“Yo soy medio descreída de lo que se puede alcanzar con la literatura, pensaba que a mí nadie me leía. La poesía se lee muy poco, no gusta tanto como la narrativa”, manifestó.
Sin embargo, ganar este premio le permitió “descubrir que no es tan así. Sobre todo me gustó descubrir que hay muchos jóvenes que siguen mi trabajo y se tomaron la molestia de poner mis poemas en redes; quiere decir que tienen libros míos en casa”.
esperanza. La escritora señala que todavía está pendiente la entrega del certificado que expide el Parlamento al ganador del Premio Nacional. “Habría que ver si ellos (los parlamentarios) quieren hacer un acto en ese momento de la entrega de lo que es el documento formal del galardón”.
Comentó que preparó un discurso en donde rescata quienes le abrieron el camino en la literatura, empezando por su abuelo, quien le introdujo a la magia del cuento.
“Lo tengo preparado y lo voy a difundir, porque quiero que lo sepan mis amigos, compañeros, y comunidad cultural, está hecho para ellos”, adelanta.
Mientras tanto, la Multisectorial del Libro, Editorial Arandurã, la Academia de la Lengua Guaraní y representantes de la sociedad civil organizan un acto de entrega simbólica del premio este viernes, a las 18.30, en la Plaza Uruguaya.