Andrea Prono, Florencia Carrizosa y Tania Zapoznik. Las tres clasificaron para esta competencia extremadamente difícil, con historias sumamente llamativas. Andrea, luego de competir en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, en natación, se alejó de la competencia activa y mucho tiempo después volvió a entrenar: “Tenía ganas de entrar de nuevo al agua, sentía cosquillas y hablé con mi técnico (Rodrigo Recalde) para mejorar solamente la marca que tenía”, comenzó diciendo Andrea. “Pero fue tan bueno mi tiempo, que Rodrigo me alentó para ir a competir en el Ironman de Brasilia, en donde conseguí la clasificación”.
A Florencia, mientras tanto, nunca le pasó por la cabeza competir en esta modalidad: “Mi vida era el baile, las prácticas fuertes las dejaba para la hora de jugar fútbol con las amigas, pero una vez que entré a agarrar una bicicleta y competir no paré más”, recalcó al inicio de la charla.
Por su parte, Tania Sapoznik volvió luego de algunos años de ausencia: “Sí, volví a mi viejo amor, el triatlón; estuve un poco alejada de la práctica, pero ahora de nuevo estoy en esto, con la ilusión de ir a realizar un buen papel, así como siempre vivía la previa, con mucha ansiedad, con ilusión, eso está intacto en mí, creo que eso me hizo volver a la competencia”, expresó.
ATLETA Y MAMÁ. Andrea, mientras busca a uno de sus cinco hijos, valora la clasificación al Mundial y sueña con realizar su mejor desempeño: “Con cinco hijos que criar, con el trabajo, sigo entrenando con el mismo empeño y dedicación de como cuando era soltera, sigo buscando mi objetivo, haciendo lo que me gusta”.
En tanto, Florencia sueña ya con estar en el Mundial: “Tengo la ilusión de estar en esa competencia; me imagino a los atletas de todos lados; es algo que siempre estoy recreando en mi cabeza, me ilusiona y espero realizar una buena carrera”.