Una de las zonas afectadas es el de la Chacarita, donde a las miles de familias que tuvieron que abandonar sus viviendas particulares se suman las populosas instituciones deportivas existentes en ese sector.
Entre ellas se tiene a los clubes Oriental y Resistencia, los cuales en su pasado glorioso formaran parte de la categoría de primera división de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). También el 3 de Febrero se encuentra con idéntico panorama desolador.
En lo que respecta a la zona de Oriental, como la definen los lugareños, parte de las graderías ya están anegadas y el campo deportivo se asemeja a una gran piscina de aguas contaminadas, donde solo sobresale la parte superior de los arcos.
Algunos vecinos de este punto asunceno comentaron que el cese de los encuentros de fútbol debido a la inundación causó daños a mucha gente, atendiendo que con ello también paró la venta de alimentos y bebidas y la diversión dominguera que todo ello trae aparejado.
PERMANENCIA. En un recorrido en canoa por la calle México casi desde su intersección con Florencio Villamayor, se pudo observar que hay todavía muchas personas que se mantienen en la planta alta de sus casas, con la expectativa de que las aguas dejen de subir.
Mascotas, animales como chanchos, patos y gallinas comparten esa parte de las viviendas con sus dueños.
Esta gente, para salir a los puntos que aún no están afectados por la crecida, de manera ineludible deben movilizarse con botes y, en la mayoría de los casos, construir precarios puentes con tablas, cajas plásticas de gaseosa o cerveza y ladrillos para llegar hasta sus casas.
Un factor que preocupa a los chacariteños es el olor nauseabundo que despiden las aguas, las que se mezclan con efluentes cloacales y la gran cantidad de basura que traen consigo, sobre todo por el riesgo del brote de alguna enfermedad.
De acuerdo a estimaciones de técnicos en Hidrología, esta semana la inundación empezaría a ceder a lo largo de toda la ribera de Asunción. Lo incierto es cuándo las familias damnificadas instaladas en refugios oficiales y campamentos informales volverían a casa.