“En más de 200 millones de dólares al año se calcula el monto de las operaciones de lavado de activos que efectúan las bandas criminales, la mafia y las FARC a través del contrabando de cigarrillos. La mayoría de cajetillas utilizadas en estas operaciones ilícitas provienen de la Tabacalera del Este S. A. (Tabesa), de propiedad del presidente del Paraguay, Horacio Cartes, y de su familia”, destacaba el diario El Tiempo, de Bogotá.
“El Brasil tiene 200 millones de habitantes y 11 industrias de cigarrillo; el Paraguay tiene 6,5 millones de habitantes y tres veces más fábricas. Eso explica por qué el Paraguay tiene 2,6 mil marcas registradas y 70 de ellas entran al Brasil por la puerta del fondo (de contrabando)”, sostenía por su parte el diario Gazeta do Povo, de Curitiba.
Durante cinco meses, un equipo de reporteros conformado por Martha Elvira Soto Franco, de El Tiempo; Mauri König, Albari Rosa y Diego Antonelli, de la Gazeta do Povo, y Ronny Rojas, de Costa Rica, con apoyo del Instituto Prensa y Sociedad (IPIS), reveló cómo el contrabando de cigarrillos está superando la marihuana y la cocaína entre los negocios ilícitos más rentables de América Latina.
“La empresa del presidente Cartes responde por 30% de los 67 billones de cigarrillos producidos por año en el Paraguay, o 3,3 billones de cajetillas. Los paraguayos fuman solo el 2%. El resto le asegura al país el papel de proveedor global del cigarrillo pirata. Las cenizas del tabaco paraguayo se esparcen por toda América Latina. Nueve rutas aéreas, marítimas y terrestres distribuyen el producto por las vías del contrabando. En las Américas casi no hay un país libre del cigarrillo paraguayo, presente incluso en China y en la India”, sostiene el reportaje publicado en el diario Gazeta do Povo.