La Seam emitió un comunicado en la madrugada de este lunes en el que señala que la extracción de la planta “es considerada una colecta ilegal porque no cuenta con ningún tipo de autorización controlando el uso del recurso silvestre”.
Además, la institución estatal indicó que el yakare yrupẽ es una especie considerada como amenazada de extinción, según la resolución Nº 2242/06. Por lo tanto, recordó que está protegida a nivel nacional por la Ley de Vida Silvestre, que la protege e insta a su conservación.
Durante el sábado y domingo cientos personas se hicieron presentes en Piquete Cué, Limpio, en la zona de Santa Librada, para disfrutar de la belleza natural.
Sin embargo, algunos de los visitantes empezaron a arrancarlas del agua para su uso, ya sea personal o comercial, lo cual causó preocupación entre los pobladores que viven en la zona
La cartera ambiental señaló que la planta tiene un “valor como uso medicinal y ornamental”.
A través del escrito, la Seam avisa que se estará tomando “medidas y acciones en el sitio para fomentar la conservación del mismo como un lugar emblemático” e instó a la población a evitar la destrucción.
“Sin la intervención antrópica era común en lugares como la Bahía de Asunción, de la cual fue desapareciendo paulatinamente con los procesos de limpieza y dragado. Tiene distribución, además, en Ñeembucú, en el Salado y en otros humedales”, agregó en el comunicado.
Seam no tiene infraestructura para controlar
El director de Biodiversidad de la Seam, Darío Mandelburger sostuvo que hay un aplazo de educación ambiental. “Se le invita a la comunidad a observar una riqueza natural y lo que se ha hecho es una depredación”, expresó.
“Nosotros nos constituimos en el sitio, lógicamente, hay un desborde. Para un control y fiscalización se necesita mucha infraestructura, pero la institución tiene sus capacidades y limitaciones. Evidentemente, poner 100.000 personas para controlar es imposible”, manifestó a la emisora 780 AM.
No obstante, anticipó que abrirán una investigación para identificar a las personas que hurtaron las plantas acuáticas. “La problemática va desde la educación hasta los valores de control”, agregó.