Óscar Chamorro, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), explicó este lunes cómo fue el operativo que terminó en un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y una célula del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y que derivó en la muerte del principal líder de la organización criminal, Osvaldo Villalba.
Según relató Chamorro a través de Monumental 1080 AM, todo comenzó con la información de inteligencia que manejaban entre el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI), la Policía Nacional, militares y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), respecto al desplazamiento del grupo armado por el Cerro Guazú, en Amambay.
Señaló que, tras acceder a ese dato, se procedió a realizar una valoración del terreno y, finalmente, establecer un punto de posicionamiento de los agentes para realizar el seguimiento de los integrantes del EPP, con miras a las capturas.
En ese sentido, especificó que se realizó “una infiltración” dentro del Cerro Guazú, el cual cuenta con unas 11.000 hectáreas de terreno “complejo”, alrededor de 50 kilómetros de perímetro y está rodeado de comunidades indígenas y estancias.
En ese momento, uno de los grupos que se encontraban operando en la zona detectó que alrededor de ocho personas que presentaban características atribuidas a los miembros del grupo terrorista llegaban a uno de los asentamientos de las comunidades indígenas.
Rápidamente, observaron desde la distancia que empezaban a juntarse en el lugar más personas y repentinamente se empezaron a escuchar disparos de armas de fuego, mientras que las personas corrían por doquier, por lo que decidieron intervenir.
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“Tuvimos que intervenir para lo que a todas luces presagiaba una masacre de los que estaban ahí. Tuvimos que intervenir con la complejidad de lo que es el terreno del asentamiento, que está en la falda mismo del cerro, lleno de elevaciones y un lugar relativamente sucio para el campo visual”, explicó.
Siguió relatando que, mientras los agentes llegaban y varias personas, incluidos niños, corrían por todos lados, los miembros del EPP supuestamente comenzaron a disparar, por lo que tuvieron que reaccionar con base en la ley de la legítima defensa.
“El uso de la fuerza letal en este caso y en todos los casos en que lo hemos utilizado, se da primeramente una valoración de la persona que va a efectuar el disparo, que tiene que decidir en fracción de segundos si ese es el único medio, dentro de los límites de lo que establece la ley”, aclaró el comandante.
En tanto, dijo que por una cuestión de seguridad operacional y por evitar otorgar una ventaja a los miembros del EPP, no puede brindar demasiados detalles con relación a qué distancia comenzaron los disparos, cómo trabaja la FTC, entre otros puntos.
Un enfrentamiento se registró este último domingo en el Cerro Guazú, Amambay, entre fuerzas de seguridad y una célula de ocho miembros del EPP, quienes poco antes habrían asesinado a integrantes de una comunidad indígena.
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Esto dejó tres integrantes del EPP abatidos, mientras que ningún personal militar resultó herido. Uno de los fallecidos es Osvaldo Daniel Villalba Ayala, de 39 años, alias Comandante Alexander o Javier, quien era el principal líder del grupo.
También perdieron la vida en el enfrentamiento Luciano Argüello, otro líder del grupo terrorista, y un soldado nativo del EPP, quien aún no fue identificado plenamente, pero se lo conoce como Simón.
Tras el suceso, las autoridades de la FTC, el Ministerio del Interior y la Policía Nacional resaltaron que el hecho fue resultado de información de inteligencia que se manejaba desde hace tiempo. Aseguraron que ya sabían de la presencia del EPP en la zona desde hace un año.