Recursos Humanos
Si bien todavía no hay información sobre el anteproyecto de Presupuesto 2023, todo indica que este importante instrumento para el desarrollo del país y la calidad de vida de la población continuará arrastrando sus históricos problemas. La ralentización económica convertida en crisis después de la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, los sucesivos eventos climáticos, el estancamiento de los indicadores sociales y económicos no han logrado incluir cambios sustanciales en las políticas públicas en los últimos años, por lo tanto no habría que esperar que el Presupuesto presente algún tipo de modificación estructural. La situación empeora si consideramos este año pre-electoral, la persistencia de un servicio civil partidizado y el arraigado prebendarismo.
La percepción ciudadana acerca de la supremacía de los intereses particulares a la hora de tomar decisiones sobre políticas públicas se agravará con las recientes declaraciones de funcionarios y parlamentarios sobre la posibilidad del aumento salarial para el sector público. El país ya no resiste más acciones que privilegien a sectores y que no tienen como contrapartida un beneficio para quienes financian con su esfuerzo al Estado. Es urgente un acuerdo entre políticos y autoridades económicas para detener intervenciones que profundizan las desigualdades a costa del sufrimiento de la mayoría.
La ausencia de carrera del servicio civil ya dejó de ser solo un problema de gestión pública que afecta a la calidad de los servicios, hoy se plantea también un problema ético a partir de la pandemia. Las recientes bonificaciones recibidas por funcionarios del Ministerio de Hacienda constituyen una bofetada a la ciudadanía, que sigue sufriendo las consecuencias de la pandemia y cuyos ingresos reales vienen a la baja desde mucho antes de la llegada del Covid-19. Deben suspenderse todos los beneficios adicionales al salario hasta tanto se implemente una carrera del servicio civil que garantice el acceso, la permanencia y la promoción en el sector público basados en el mérito y los resultados de la gestión.
El año 2022 tendrá grandes desafíos en materia económica. Uno de los más importantes es la renegociación de Itaipú, tema fundamental para el desarrollo presente y futuro del país. Otros desafíos igual de importantes y estrechamente vinculados entre sí también se imponen, como el fortalecimiento de los sistemas de salud y protección social, la transformación educativa, una política de desarrollo productivo que impulse a las mipymes, a la agricultura familiar y un proceso de industrialización. Nada de esto será posible sin recursos y sin una acción decidida por el cambio en Paraguay. El año 2022 nos da la oportunidad de debatir y acordar objetivos de desarrollo que nos lleven a la transformación. Itaipú constituye un pilar para el cambio por los recursos económicos y la energía que provee. Su renegociación debe estar enmarcada en objetivos nacionales.
El reto al que se enfrentan las empresas actuales es el de lograr cubrir la brecha entre las necesidades de los recursos humanos y las del ecosistema empresarial actual. En esta nota, tres tendencias actuales que marcan la dirección a seguir.