15 mar. 2025

1.000 millones de dosis aplicadas, luz de esperanza contra el Covid-19

A pesar de la desigualdad en la distribución de dosis a nivel mundial, la vacunación comienza a hacer efecto en algunos países, entre ellos Israel e Inglaterra, donde se relajan las restricciones.

Israel. Ciudadanos disfrutan al aire libre y sin mascarillas en Tel Aviv, luego de que la vacunación masiva redujera los índices de contagio y fallecimientos.

Israel. Ciudadanos disfrutan al aire libre y sin mascarillas en Tel Aviv, luego de que la vacunación masiva redujera los índices de contagio y fallecimientos.

El 8 de diciembre de 2020, la nonagenaria británica Margaret Keenan se levanta la manga de su chaqueta, estampada con motivos navideños, para recibir, entre aplausos emocionados, su primera dosis de la vacuna contra el Covid-19.

Cinco meses después de que Keenan se convirtiera en la primera occidental en vacunarse (China había iniciado su campaña de vacunación en el otoño boreal), se han inyectado mil millones de dosis en todo el mundo, que tiene una población aproximada de 7.800 millones de personas. La docena de vacunas desarrolladas en menos de un año, un tiempo récord, hace que algunos países empiecen ya a ver la luz al final del túnel de la pandemia.

OBSTÁCULOS. Sin embargo, esta primera victoria parcial contra el coronavirus, que se ha cobrado hasta ahora más de tres millones de vidas y ha paralizó al planeta, debe superar el obstáculo de las variantes, ya que se ignora si las vacunas son eficaces frente a ellas.

Además, la desigualdad en las campañas de vacunación entre países ricos y pobres también complica y aleja la perspectiva de la ansiada inmunidad colectiva.

Desde que se vacunó la risueña Margaret Keenan, que aseguró ser una “privilegiada” al recibir la inyección, millones de personas han seguido el mismo camino, con la esperanza de volver a ver a sus familiares, retomar sus aficiones, salir y viajar. Volver a vivir, en definitiva.

“He venido aquí para recuperar mi vida de antes”, declaró entusiasmado Laszlo Cservak, de 75 años, el pasado febrero, mientras esperaba su turno en un centro de vacunación de Budapest.

Tras varios errores y ensayos sobre cuestiones como el tamaño de las jeringuillas o los congeladores en los que almacenar a -70 ºC las vacunas creadas a partir de la técnica de ARN mensajero de Pfizer-BioNTech y Moderna, el mecanismo de la vacunación está bien engrasado y funciona a toda máquina.

Estadios, catedrales, escuelas, farmacias... Mañana, tarde y noche, cualquier lugar puede convertirse en un centro de vacunación. En Texas, Estados Unidos, Mary Donegam espera su turno en el automóvil de su hija, en un aparcamiento, con las ventanillas bajadas. “¡Tengo 89 años y medio y no quiero morir joven!”, afirma.

israel festeja. Israel, el primer país en vacunar a la mayoría de su población, festeja ya su libertad reabriendo terrazas y cafeterías. A cambio de un acceso rápido a varios millones de dosis, el país proporcionó a Pfizer los datos médicos sobre los efectos de la vacuna en su población, por lo que, desde diciembre, 80% de los israelíes mayores de 20 años recibió sus dos dosis. Ahora, ya no es obligatorio llevar mascarilla en la vía pública, salvo en los espacios cerrados.

Estados Unidos le sigue de cerca: tras haber vivido el infierno de los hospitales de campaña en Central Park el año pasado, el país acaba de autorizar la vacunación para “todas” las edades. La mitad de los estadounidenses recibió al menos una inyección.

REINO UNIDO. Una marca igual a la del Reino Unido en proporción, pues la mitad de los británicos (32 millones) ya recibieron al menos una dosis y el Gobierno de Boris Johnson inició hace una semana la relajación de medidas de restricción en Inglaterra, en otra señal clara de los efectos positivos de la vacunación masiva.

En comparación, en el primer trimestre del año, la Unión Europea (UE) había recibido un total de 107 millones de dosis para una población de 446 millones de habitantes. Los planes de los dirigentes europeos se vieron frustrados por las dificultades de AstraZeneca. Primero fueron los problemas de producción, y después casos aislados de trombosis.

Varios países suspendieron temporalmente la administración de la vacuna británico-sueca. Posteriormente, la vacuna estadounidense de Johnson & Johnson sufrió los mismos reveses con la aparición de coágulos de sangre en algunos pacientes. Se trata de casos aislados y muy limitados.

Finalmente, la Agencia Europea Medicamentos (EMA) consideró, una vez más, que los beneficios del fármaco superaban los riesgos.

Pese a las reticencias iniciales, alimentadas por teorías conspirativas, el entusiasmo por las vacunas se deja sentir en los ciudadanos, pese que a su distribución es muy desigual. A pesar del programa Covax, una asociación coordinada por la OMS para favorecer la equidad a la hora de distribuir las vacunas, las dificultades de financiación han hecho que hasta el 15 de abril este mecanismo solo pudiera entregar 38 millones de dosis a 113 países.

Los países que más inmunizaron
De las 1.000 millones de dosis, el 58% de estas vacunas se inyectaron en tres países: Estados Unidos (225,6 millones), China (216,1 millones ) e India (138,4 millones). Israel es el país con un mayor porcentaje de población totalmente vacunada, en torno al 60%, seguido de Emiratos Árabes Unidos (más del 51%), Reino Unido (49% con al menos una dosis), Estados Unidos (42%) o Chile (41%). La Organización Mundial de la Salud recordó que en los países ricos una de cada cuatro personas está vacunada, mientras que en aquellos con menos recursos solo una de cada 500 lo está.

38 millones de dosis contra el coronavirus entregó a 113 países el sistema Covax que coordina la OMS .