El operativo, denominado Creta II, se llevó a cabo entre agosto y septiembre con la participación de doce países y estuvo dirigido a combatir delitos relacionados con la propiedad intelectual e industrial.
La operación, coordinada y apoyada por Interpol, se centró en productos que representan una amenaza para la salud y la seguridad de los consumidores. Esto incluía el comercio ilícito de artículos de moda falsificados, productos médicos y piratería digital.
Creta II confiscó cerca de 300.000 medicamentos falsificados, incluidos vacunas, antidepresivos y precursores químicos utilizados para la fabricación de drogas ilícitas, con un valor estimado de 225 millones de dólares (237 millones de euros).
Además, las autoridades desmantelaron redes dedicadas al comercio de productos como artículos de moda, joyería y bebidas alcohólicas adulteradas.
De las 104 personas detenidas durante el operativo, 35 fueron arrestadas por contrabando, 47 por violación de propiedad intelectual e industrial, 15 por comercialización ilegal de medicamentos e insumos médicos y siete por otros delitos.
Lea más: Más de 2.500 detenidos en operación de Interpol contra la trata de personas
En el marco de la operación, la policía de Brasil desarticuló una organización criminal que traficaba con cigarrillos falsificados valorados en más de 250 millones de dólares.
En Chile, se descubrieron lugares de venta de reproducciones de una conocida marca de joyería española, lo que condujo a la incautación de 2.478 artículos de joyería falsificados con un valor estimado de unos 523.000 dólares (unos 496.000 euros).
Agentes ecuatorianos, a su vez, desmantelaron una red de licores falsificados que producía y distribuía versiones falsas de marcas de whisky de primera calidad.
En Paraguay, en la región de la triple frontera, las autoridades allanaron un almacén clandestino para la fabricación de zapatos falsificados. Se incautaron productos por un valor aproximado de 750.000 dólares (712.000 euros).
El secretario general de Interpol, el brasileño Valdecy Urquiza, dijo que “el comercio de productos falsificados está vinculado a otras actividades delictivas graves como el tráfico de drogas, la trata de personas y el lavado de dinero”.
“Para los grupos criminales, el beneficio siempre está por encima de las personas. Estas acciones coordinadas son esenciales para proteger a las comunidades y garantizar la justicia”, afirmó Urquiza en un comunicado.
El dispositivo contó con el apoyo de la oficina regional de Interpol para América del Sur, ubicada en Buenos Aires, en colaboración con el proyecto IP KEY Latin America y el Colegio Internacional de Investigadores de Delitos de Propiedad Intelectual (IIPCIC).
Durante su desarrollo, más de cien representantes de policías, aduanas, fiscalías y empresas privadas formaron parte de sesiones de capacitación y actividades de intercambio de inteligencia.
Los países que participaron en la operación fueron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, detalló Interpol.
Fuente: EFE