Si bien en algunos países del continente como El Salvador, Colombia, Honduras y el nuestro, la fecha sigue bajo la nomenclatura de “Día de la Raza”, en otros el nombre cambió y con ello el sentido y el siginificado.
Así pues, en la Bolivia gobernada por Evo Morales, considerado “el primer presidente indio” de ese país, el cambio que sufrió el 12 de octubre fue tal vez el más radical pasando a denominarse “Día de la Descolonización”. Este día sirve para que las más de 10 etnias que residen y conviven en el territorio boliviano recuerden las luchas contra la Corona Española.
En Perú, país andino y crisol de etnias, al 12 de Octubre se lo conoce como “El día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural”, una definición menos combativa que la de su vecina Bolivia.
El rótulo elegido por Chile es todavía más conciliador: “Día del Encuentro entre Dos Mundos”.
Por su parte, Argentina, por intermedio del gobierno de la presidenta Cristina Fernández, cambió al “Día de la Raza” por el “Día del Respeto a los Pueblos Originarios”.
También Venezuela y Nicaragua decidieron imprimir un cambio radical en el nombre, y este día se recuerda en ambos países el “Día de la Resistencia Indígena” desde el año 2002 en el primero, y el 2007 en el segundo país, respectivamente.
En tanto que en España, la fiesta sigue teniendo un carácter de fiesta nacional y celebrada particularmente por la Familia Real y allegados. Luego de nacer como Fiesta de la Raza en 1918, pasó a ser Día de la Raza en 1940, posteriormente en 1981 con la caída del régimen militar de Francisco Franco se denominó “Fiesta Nacional de España”.
Los reyes de España, Felipe y Letizia, acompañados de sus hijas la Princesa Leonor y la infanta Sofía, han presidido este domingo el primer desfile militar de su reinado con motivo de la mencionada Fiesta Nacional. Para el festejo, los monarcas llegaron a bordo de un Rolls Royce a la Plaza Neptuno de Madrid, en calidad de invitados de honor.
En contrapartida, en países de la región, movimientos indigenistas y sociales preparan movilizaciones. En nuestro país, la fecha pasa silenciosa y en el marco de la más absoluta indiferencia, mientras los pueblos originarios continúan con sus históricos reclamos de una mejor calidad de vida.