Probablemente, en el libreto de Pedro Sarabia, un gol recibido de local antes de la media hora de juego implica siempre extremar, mucho antes de lo previsto, los recursos físicos y técnicos de un equipo que tiene orden, es cierto, pero lo justo. Uno que, en su columna vertebral, tiene edad, rodaje y acostumbra por principios a andar agazapado para asestar sus golpes con las reservas justas. Da Silva, Topo Cáceres, José Ariel Núñez, Juan Aguilar tuvieron que moverse anoche, desde los 25 minutos, en función ofensiva permanente, desde que Huachipato marcó un gol inmerecido, a pesar de tener la propiedad de la pelota.
12 empató con un hombre de más, pero fue de nuevo sobrepasado a pesar de ese jugador adicional. Cuando se equilibró el número de futbolistas no habiendo hecho el Cabo los cambios precisos para desnivelar deshaciéndose de algún central o volante de marca, siempre dejó espacios en su esfuerzo ofensivo y fue otra vez sobrepasado: 2-1.