Los casos de feminicidios en Paraguay van en aumento. 48 mujeres fueron asesinadas por su pareja o ex pareja en lo que va del 2018, mientras que en 2017 fueron 50, y este fenómeno sigue engrosando las estadísticas desde hace cinco años, por lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pide al Estado poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Hoy se recuerda el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Madres, hijas, hermanas, abuelas, amas de casa, mujeres campesinas, mujeres indígenas, mujeres independientes, mujeres profesionales, todas dicen no a la violencia en un país en donde una de ellas es asesinada por semana, una es víctima de tentativa de feminicidio cada dos días y una padece violencia cada cuatro días.
Linda Maguire, coordinadora residente de Naciones Unidas, lamentó estas estadísticas del Ministerio de la Mujer y recordó que para frenar la violencia contra la mujer toda la sociedad debe estar involucrada, ya que este problema no se puede solucionar solo a través del sistema de justicia, sino hacer el esfuerzo con el sistema de educación.
En este último aspecto, sostiene, se debe cambiar la imagen que tiene el hombre de sí mismo cuando ve a la mujer, a un niño u otras personas en su diversidad, reconociendo que el hombre de verdad es alguien que respeta a las mujeres, escucha sus opiniones y mantiene un ambiente seguro para que todos puedan ejercer sus derechos consagrados en la Constitución. “El mensaje de la ONU es: No estamos contra nadie, estamos a favor de los derechos y de la igualdad del tratamiento para todos. Todos somos seres humanos y merecemos un mismo tratamiento”, dijo Maguire.
La ONU estima que el 35% de las mujeres –es decir, una de cada tres– en todo el mundo han sufrido violencia de su pareja física o sexual, o violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja.
Maguire explicó que la violencia nunca es normal y que ella es inaceptable e injustificable. “El mensaje para una mujer víctima de violencia es que no está sola, que hay una red de personas en el mundo, en la región, que pueden compartir experiencias y soluciones, porque sabemos que con más educación sobre sus derechos, sobre su integridad como persona, podemos enseñar a los niños y niñas a defender sus propios derechos”, indicó. “Por sobre todo la víctima de violencia debe entender que no es su culpa”, señaló.