Los quelonios habían sido confiscados por las autoridades singapurenses tras ser vendidos por traficantes a ese país y, posteriormente, fueron entregados a la organización local Sociedad para la Educación y la Investigación sobre los Intereses Animales (Acres), indicó a Efe el director ejecutivo de la india Wildlife SOS, Kartick Satyanarayan.
“Nos pusimos en contacto con Acres porque las tortugas eran de origen indio, de modo que el propósito era traerlas de vuelta a la India ya que Singapur tiene leyes muy estrictas y toda especie no nativa es sacrificada”, explicó.
Durante los últimos dos años, Wildlife SOS ha trabajado con Acres para traer las tortugas estrelladas de vuelta, haciendo papeleos, reuniendo cartas y permisos, hasta que finalmente consiguió que las 51 tortugas estrelladas llegaran hoy a la ciudad india de Bangalore, capital de Karnataka.
“Por ahora, van a estar unos meses en una unidad de cuarentena porque queremos asegurarnos de que se adaptan al clima de aquí y a la dieta. Una vez que estén listas, las liberaremos en Karnataka”, dijo Satyanarayan.
El activista explicó que varios estudios han confirmado que los quelonios procedían de este estado indio, “por lo que lo mejor es devolverlos a su lugar de procedencia”.
Wildlife SOS trabaja ahora en colaboración con los gobiernos indio y singapurense y el Departamento Forestal de Karnataka.
“Las tortugas estrelladas reciben el nombre del estampado en forma de estrella de su concha y son vistas como algo exótico. A la gente le gusta tenerlas como mascota porque son bonitas, pero no se dan cuenta de que son animales salvajes y en la mayoría de países es ilegal tenerlas”, explicó.
La India es uno de los países en que está prohibido tener esta especie como mascota, en cautividad.
Además, en el sureste asiático la sopa y carne de tortuga es considerada una “exquisitez”, a lo que se suma la utilización de las partes de su cuerpo para la medicina tradicional al creerse que traen prosperidad y longevidad.
“Por todo esto, son cazadas furtivamente a gran escala y son unos de los animales con los que más se trafica en el mundo”, concluyó el director ejecutivo de Wildlife SOS.