30 abr. 2025

53: Mujeres, no se callen

Miguel Benítez – TW: @maikbenz

Antes de tocar este tema y evocar a los fanatismos banales, es aconsejable sacarse el rótulo de -ista y hablar con hechos, con números. A horas de que termine el 2017, 53 mujeres fueron asesinadas a manos de un hombre, la mayoría de ellas por sus parejas. Para algunos puristas de la lengua castellana, no todos esos casos pueden ser llamados feminicidios, dado que este término se aplica a un crimen de odio por el simple género y “no siempre se puede saber el móvil del hecho”. Pues bien, démosles esa derecha a los lingüistas, no hay problemas. Supongo que los números precisos importan demasiado al que cuestiona detrás de su monitor.

Lo concreto es que, si desglosamos la cifra total, más de una mujer es asesinada en Paraguay por semana y una es agredida físicamente cada cuatro días. De acuerdo con el reporte del Centro de Documentación y Estudios (CDE), los autores confirmados siempre fueron varones y ya poco cambia la situación si fue la pareja, el hermano, el suegro, el cuñado o novios de sus hijas. Fueron personas del sexo masculino quienes las silenciaron.

Semanas atrás, nobles caballeros de pecho saliente se indignaron porque la Municipalidad de Asunción emitió la ordenanza que castiga con multa de hasta G. 2.400.000 el acoso callejero. Alguno que otro manifestó que le coartaban su galanura y su habilidad de conquista. Claro, nada más efectivo que un chiflido y una frase vulgar para llenar de féminas sus cuevas. Seguramente, los hombres más ofendidos por la ordenanza nunca tuvieron una hija, sobrina o hermana que camine por calles oscuras después de salir del trabajo. Tal vez no saben lo que es, que un extraño le ofrezca subirse a su auto y que insista con rabia si obtiene una respuesta negativa. Por suerte para ellos, seguro tampoco conocen lo que signifique que la violen o la maten.

Como toda normativa, es muy probable que la ordenanza antipiropos no se cumpla a rajatabla. Pues bien, otra ley muerta, dicen muchos. En realidad, no saben el alivio que esto trae para muchas mujeres, pese a que no solucione el problema de fondo. Pero al menos brindémosles ese derecho.

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A nuestro país le urge una reconciliación con su origen. No se trata de feminismo, se trata de simple sentido común, decencia, respeto y gratitud. Paraguay fue construido por mujeres, en todo sentido. No solo se limita a la tarea reproductiva después de la Guerra Grande, sino que la formación, la atención, el crecimiento integral de los niños y futuros tomadores de decisiones fue posible gracias a ellas. Por ende, es incomprensible el ensañamiento de algunos y las ganas de minimizar las cosas.

Es verdad, no se justifica el vandalismo contra edificios históricos de algunas, pero generalizar, atacar y afirmar que todas son vándalas es, aparte de injusto, muy infantil.

Por supuesto que falta una reforma profunda para eliminar el machismo y el maltrato contra las mujeres, pero por algo se empieza. A modo de ejemplo, recuerden que hasta 1961 ellas ni siquiera votaban.

Tal vez con todos estos gritos, con las paredes pintadas y las historias en redes sociales, que ponen muy histéricos a algunos galanes, tal vez así en diciembre de este año informemos desde los medios que menos de 53 mujeres fueron asesinadas. Y nuestra realidad es tan mala que este tal vez, por más macabro y conformista que suene, incluso resulta mejor. No se callen.