Este mes ya se cumplen 10 meses desde que el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Arnoldo Wiens, dispuso la intervención del proyecto del Metrobús y de que haya ordenado una auditoría de todo lo que hizo Mota Engil durante la administración anterior.
Para lo cual se conformó un equipo que está liderado por el economista Sixto Morínigo y la intervención debía culminar en febrero. Sin embargo, dicha inspección no concluyó hasta ahora, debido a diferentes prórrogas que solicitaron los interventores. Por lo pronto, ningún funcionario del MOPC dio adelantos de dicha auditoría.
Este diario consultó a Morínigo sobre los avances del mismo y dijo que esperan entregar el informe esta semana. Mientras tanto, no se sabe aún si con esta auditoría se identificará a los responsables del fracaso del fallido plan, que ocasionó un enorme perjuicio al Estado.
Por lo pronto, la administración de Wiens decidió dejar en suspenso el proyecto hasta el 2020 y todo el 2019 se enfocarán en estudiar nuevamente la implementación de este u otro sistema de transporte público.
Este mes también debían dar a conocer la modalidad de trasporte que se implementará en el corredor, que está siendo estudiada por una consultora del BID, pero dicho estudio tampoco se conoció hasta la fecha.
Alternativa. Una de las alternativas que baraja actualmente el MOPC es la implementación de un sistema abierto de Metrobús, similar al de Buenos Aires, con diferentes líneas de colectivos convencionales que operan el corredor.
Morínigo había señalado a este diario que en el caso de Paraguay, incluso se podrían utilizar las flotas de buses que hoy forman parte del sistema de transporte (con puertas a la derecha), concretamente, las que fueron renovadas (con aire).
Esto significa que solo cambiaría el tipo de transporte a implementarse, que también tendrá carriles exclusivos.
Según los técnicos del MOPC, en el sistema argentino funciona con carriles exclusivos para diferentes líneas de colectivos, a diferencia de los modelos de Curitiba o el TransMilenio de Bogotá –que pretendía implementar el Gobierno anterior–, donde circula una única línea haciendo el recorrido por las diversas paradas (buses altos con puertas a la izquierda).
CONTRATISTAS. Por otro lado, las autoridades de Obras Públicas y la Procuraduría siguen sin dar un punto final a los contratos de los dos consorcios que fueron adjudicados por la administración de Ramón Jiménez Gaona para encarar las obras.
En el caso de Mota Engil, que venía ejecutando con retrasos los trabajos del tramo 2 y 3, incluso abandonó las obras en agosto, hecho que fue denunciado públicamente y entre lágrimas por Wiens.
Aunque Mota no terminó ni la mitad de las obras, ya percibió USD 23 millones y pretende cobrar otros USD 18 millones al Estado paraguayo por los costos adicionales que le significaron los retrasos de la liberación de la franja. Si se concreta el pago de lo reclamado por la firma portuguesa, percibirá un total de USD 41 millones, cifra que equivale al 75% del monto total del contrato inicial.
También debían rescindir del contrato con el consorcio integrado por la firma paraguaya DC Ingeniería SA y la uruguaya Stiler SA, que fue adjudicado para encarar las obras del tramo céntrico del Metrobús (tramo 1). Esta empresa cobró USD 3 millones de anticipo y no ejecutó ningún trabajo.
Esta cancelación del contrato se decidió por la imposibilidad de avanzar con las obras.