Según el informe policial, el automóvil en el que viajaba la pareja fue interceptado por otro rodado, de la marca Volkswagen, desde el cual los sicarios realizaron varios disparos que acabarían con la vida de Celsa, y dejaban gravemente herido a su pareja.
A pesar de haber sido herido, Víctor sacó fuerzas para llevar a su esposa hasta el Hospital Regional, donde constataron que había muerto. El hombre quedó internado por las heridas que recibió.
Los investigadores apuntan a que el hecho está ligado al tráfico ilegal de combustible (ordeño), actividad común para la ciudadanía, tanto en aguas del río Paraguay como en el Paraná.
Relatos de una hermana de Celsa señalan que recibió amenazas de muerte de un tal Silvano Arrúa, por los datos que había dado al canal.
Voceros de la Policía confirmaron que la mujer constantemente realizaba denuncias de los que trafican con el combustible ilegal. En los últimos tiempos el fiscal Ramón Olmedo, de Misiones, realizó varios procedimientos, incautando gran cantidad de combustible. El representante del Ministerio Publico, en varias oportunidades, calificó de vergonzoso este hecho, el que miles de litros de combustible ilegal pasen barreras policiales de Ñeembucú y Misiones.
SEGUNDO ATENTADO. Esta es la segunda vez que atentan contra la vida de Celsa, esta vez los delincuentes lograron su objetivo.
En el mes de marzo del año 2017 en el barrio General Díaz de Pilar, alrededor de las 23:30 horas, Celsa y su marido, que viajaban en una camioneta Toyota Hilux roja, fueron atacados por sicarios que se desplazaban en una moto, que dispararon a quemarropa contra el conductor
Según los vecinos, la camioneta se dirigía por Mariscal Estigarribia y al alcanzar la esquina de General Díaz los sicarios realizaron tres disparos del lado del acompañante. El conductor, al ver a los que intentaban disparar, empujó a su acompañante para evitar que recibiera los impactos y pudo salvarse en aquella ocasión. Tres años y medio después, la mataron.