El 23 de marzo de 1999 el vicepresidente de la República Luis María Argaña salió de su domicilio ubicado en el barrio Las Carmelitas a bordo de la camioneta Nissan Patrol, de color rojo, para dirigirse rumbo a la sede de la Vicepresidencia en Asunción.
Argaña iba en el asiento trasero de la camioneta que estaba siendo conducida por su chofer Víctor Barrios Rey, acompañado por su custodio asignado, el suboficial de policía Francisco Barrios González.
Sobre la calle Diagonal Molas, a unos 40 metros antes de alcanzar la calle Venezuela, un auto Fiat Tempra, de color verde oscuro, se ubicó al costado izquierdo y empezó a adelantarlo. Eran cerca de las 8.35 de la mañana.
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Al llegar a una lomada, el auto se interpuso bruscamente frente a la camioneta y le cerró el paso. El chofer Barrios Rey se vio obligado a frenar de golpe, para no chocar.
Entonces, según la versión de la mayoría de los testigos, dos hombres descendieron del interior del Fiat, mientras un tercero permanecía al volante, con el vehículo en marcha.
El hombre que bajó del asiento del acompañante tenía una escopeta calibre 12, del mismo lado, pero por la puerta trasera, descendió otro hombre, con armas cortas y granada de mano colgadas del cinto.
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Mientras el segundo hombre avanzó por la vereda hacia la parte trasera de la camioneta, el que llevaba la escopeta se colocó en frente, levantó el arma y apuntó directamente al parabrisas, realizando los primeros disparos.
Los proyectiles impactaron en el cuerpo del guardaespaldas Francisco Barrios González, quien había tenido tiempo de extraer su arma, pero ya no alcanzó a contraatacar. El chofer Barrios Rey resultó herido en el rostro, pero no perdió el sentido.
Luis María Argaña recibió cuatro balazos
Uno de los atacantes se aproximó hasta la ventanilla trasera, que ya estaba rota, donde encontró a Argaña agachado sobre el asiento. Hasta entonces, el vicepresidente aún no había recibido un solo balazo.
Según se detalla en la reconstrucción del ataque, el sicario metió la mano con el revólver 38 por el agujero de la ventanilla y apuntó al cuerpo. Argaña levantó el brazo como para intentar proteger su rostro. La primera bala lo golpeó en el antebrazo. Otros dos proyectiles le alcanzaron en el pecho.
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El vicepresidente cayó tendido sobre el asiento. Allí recibió el cuarto y último disparo, la bala mortal que le ingresó en la espalda, le destrozó un riñón y llegó hasta el corazón.
El cuerpo del vicepresidente Argaña fue sacado del vehículo y trasladado en una ambulancia hasta el Sanatorio Americano, sobre la avenida España casi Washington, donde los médicos confirmaron su deceso.
El magnicidio dio inicio a la mayor movilización conocida como el Marzo Paraguayo
El magnicidio fue la mecha que terminó de encender el polvorín político en que se había convertido el país, con la emergencia del general Lino Oviedo como aspirante a la presidencia de la República.
Condenado a 10 años de cárcel por un intento de golpe de Estado contra el presidente Juan Carlos Wasmosy, en abril de 1996, Oviedo había sido liberado por su socio político, el presidente Raúl Cubas, en agosto de 1998, con un decreto que fue desautorizado por la Corte Suprema de Justicia.
Un pedido de juicio político contra el mandatario aguardaba su tratamiento en la Cámara de Diputados, cuando se produjo el asesinato.
La indignación ante el crimen motivó la concentración de miles de ciudadanos en las plazas del Congreso, exigiendo la renuncia de Cubas y cárcel para Oviedo. Los oviedistas también movilizaron a sus partidarios y se produjeron enfrentamientos durante seis días, que mantuvieron en vilo al país.
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En la noche del 26 de marzo, francotiradores dispararon con armas de fuego desde las sombras, dejando un saldo de ocho jóvenes muertos y más de 700 heridos.
La conmoción provocó la renuncia del presidente Raúl Cubas y la huida de Lino Oviedo fuera del país. Asumió la presidencia el titular del Congreso, Luis González Macchi.
Condenados
Como autores materiales Constantino Rodas, Luis Rojas y el mayor Reinaldo Servín, conocido dirigente oviedista, fueron condenados a 25 años de cárcel.
Constantino Rodas fue la persona quien compró el vehículo utilizado por los sicarios.
El autor confeso Pablo Vera Esteche recibió una condena de 20 años de cárcel el 24 de octubre de 2000, pero cuatro años más tarde la Corte Suprema de Justicia redujo la pena a 18 años.
Lino Oviedo fue investigado como sospechoso
Lino Oviedo fue investigado como sospechoso de ser uno de los autores morales. Tras meses de permanecer prófugo, el 12 de junio de 2000, Oviedo fue capturado en Foz de Yguazú, Brasil, donde presuntamente se movía con un disfraz. Apelando a la Justicia brasileña, obtuvo la condición de asilado.
El 28 de junio de 2004, Oviedo retornó al Paraguay y decidió someterse por propia voluntad a la Justicia, para enfrentar los cargos acumulados en contra suya, tanto los del intento de golpe del 96 como por las muertes del Marzo Paraguayo. Fue detenido y trasladado a la Prisión Militar en Viñas Cué, en las afueras de Asunción.
El 23 de julio de 2007, Oviedo logró que un recurso de Habeas Corpus sea admitido ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia paraguaya, y obtuvo su libertad provisional en el proceso por el asesinato de Argaña.
Otro Habeas Corpus fue admitido en julio de 2007, logrando su libertad provisional en el proceso por la masacre de jóvenes del Marzo Paraguayo. En este caso, los abogados de Oviedo pretendieron cobrar las costas del proceso a los familiares de las víctimas, unos 785 millones de guaraníes.
Lino Oviedo falleció trágicamente en la noche del 2 de febrero de 2013, cuando regresaba a la Capital de una gira proselitista por la zona de Concepción. El helicóptero Robinson 44 que lo transportaba, en compañía del piloto y su guardaespaldas, se precipitó a tierra, falleciendo los tres tripulantes.