Los principios de solidaridad y fraternidad que sustentaban la vida comunitaria de Jejuí, la práctica económica asociativa, el hecho de saber sido, centro de coordinación y extensión de las Ligas Agrarias Cristianas, (LAC) además de los informes calumniosos enviados a Pastor Coronel por dos párrocos de la zona, contrarios a las LAC, fueron las razones de la violenta represión desatada contra la Comunidad.
El 8 de febrero de 1975 batallones de asalto, bajo el mando de Pastor Coronel y el entonces teniente Coronel José Félix Grau, asaltaron brutalmente la Comunidad llegando a detener a campesinos del lugar a quienes los tuvieron incomunicados y torturados por más de un año en el Departamento de Investigaciones, sitiando militarmente la comunidad durante tres meses, la cual se hallaba cercana a la residencia veraniega de Pastor Coronel, Ministro del Interior.
En sucesivas redadas fueron cayendo vecinos de diversas compañías y pueblos, creando un clima de terror e inseguridad en toda la región. Incluso en Asunción donde hubo varios sacerdotes y laicos detenidos y reclusos.
También apresaron a monseñor Roland Bordelon, director de Cáritas para América Latina, Kevin Kahalam, director de Cáritas Paraguay que se hallaban de visita y herido de bala al pa’i Braulio Maciel, responsable de la Pastoral Rural y miembro de la Comunidad de Jejui.
Sin embargo, nada ilustra mejor el caso Jejui que los cinco enfermos mentales que no lograron recuperarse de la violencia desatada… El Estado Paraguayo se vio obligado a conceder pensión graciable a Adoración (Dorita) Ferreira (fallecida hace unos años), Teresita Martínez, Inocencia Vera de Vera, Jorge Vera y Máxima Vera, víctimas del caso Jejui.
Entre las pérdidas materiales de la Comunidad se pueden citar:
a) Cultivo agrícola (59) Has. 20 has de maíz en producción, 17 has de mandioca en producción, 14 has de soja, 3 has de poroto, 2 has de huerta comunitaria, 2 has de arroz y 4 de forraje para animales.
b) Construcciones: 33 viviendas familiares; 70 m2 de depósito de granos, 220 m2 de galpón para animales, 56 m2 de galpón para taller de carpintería y aserrería, 2.200 metros lineales de alambrada, cancha de futbol y voleibol, pozo de agua de 20 ms. de profundidad con todos los accesorios para riego de huerta.
c) Animales: 15 vacas lecheras, una yunta de bueyes, 20 cerdos y 600 gallinas.
d) Objetos personales: utensilios domésticos, muebles, etc.
e) Dinero en efectivo: Novecientos mil guaranís (900.0000 Gs) que debían ser destinados a la compra de tierra; suma donada por los Hermanitos de Jesús (Francia) pues tres de sus integrantes fijaron su fraternidad en la Comunidad de Jejui.
Estas pérdidas, evaluadas en la suma de cuatro millones cuatrocientos cincuenta y seis mil guaraníes (4.456.000 Gs) equivale al pago de 1.485 has.
Robo y traspaso de bienes mal habidos
Una vez desalojados de sus tierras, el Instituto de Bienestar Rural (IBR) adquirió 3.889 has donde se incluía la fracción Jejui (pagando a la familia Trappani toda la tierra menos las pagadas por los campesinos, anteriormente). Luego, la señora Clara Rosa Martini de Matiauda (pariente de Stroessner) tomó posesión de las tierras bajo la mirada complaciente del IBR, a pesar de no ser beneficiaria de la reforma agraria; más tarde transfirió la posesión a Antonio Sacarello.
A la caída de la dictadura, los antiguos pobladores conformaron la Asociación Campesina San Isidro del Jejui (1989) reivindicando el reconocimiento oficial de los pagos realizados.
No entraremos a narrar los tropiezos que tuvieron que sortear los antiguos pobladores de Jejuí en la lucha por la recuperación de las tierras; lo concreto es que después de 43 años de constante esfuerzo, los familiares de la Asociación Campesina San Isidro del Jejui, bajo patrocinio del abogado Juan León, recibieron en un acto histórico, el título de propiedad de 182 has., en 2013.
La conmemoración de los 50 años de aquel atraco y posterior desaparición física de la Comunidad de Jejuí, con un tendal de presos, heridos, torturados, expulsados y exiliados del país, casi que pasará desapercibida, debido al fallecimiento de muchos de sus líderes, en especial del pa’i Braulio Maciel y la dispersión forzosa de sus descendientes …
No obstante, Jejui vivirá por siempre en la memoria de la historia reciente, como ejemplo de vida hermanada y solidaria, modelo, cada vez más difícil de practicar debido al chéntese: el individualismo y el egoísmo imperantes.