16 nov. 2024

A 75 años del final de la Segunda Guerra Mundial

La rendición. La guerra cobró más vidas civiles que de soldados y fue testigo del horror del primer genocidio sistemático en la historia moderna.

La rendición. La guerra cobró más vidas civiles que de soldados y fue testigo del horror del primer genocidio sistemático en la historia moderna.

María Gloria Báez
Escritora


Hace 75 años, con la capitulación de la Wehrmacht finaliza la Segunda Guerra Mundial. El 8 de mayo pasa a ser llamado Día de la Victoria en Europa. Después de 6 largos y duros años de lucha, la rendición de Alemania fue la noticia que millones de personas en todo el mundo habían estado esperando. Sin embargo, no fue hasta el 2 de setiembre de 1945, con la capitulación de Japón, que las hostilidades cesaron en todos los continentes.

El avance implacable de las fuerzas aliadas en 1944 y 1945 logró una victoria, tan completa como para evitar cualquier reactivación de los regímenes derrotados. Aunque celebrado con justicia por los vencedores, se ganó a un costo enorme para toda Europa la cual quedó en ruinas por segunda vez en 30 años. Fue la primera guerra que cobró la vida de más civiles que soldados y fue testigo del horror del primer genocidio sistemático en la historia moderna con el Holocausto. Además, muchas ciudades, pueblos y aldeas de toda Europa fueron completamente destruidos por los bombardeos aéreos y la artillería pesada. La destrucción desenfrenada de hogares creó miles de refugiados y personas desplazadas.

Cada uno de los países involucrados en las fuerzas aliadas conmemoran esta fecha de forma diferente. Para los estadounidenses, la guerra en Europa había durado técnicamente unos 3 años y medio, desde que Alemania declaró la guerra a los Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941, cuatro días después del ataque japonés a Pearl Harbor. Pero para Gran Bretaña, Francia y gran parte de Europa, comenzó con la invasión alemana de Polonia el 1 de setiembre de 1939, seguida de la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, desencadenando así el combate más grande y brutal de la historia moderna.

Para los alemanes, la guerra terminó en medio de una enorme destrucción y muerte; fue derrotada militar, política, económicamente en el terreno, y moralmente destrozada. Tomó décadas a Alemania lidiar con los crímenes del Tercer Reich.

El fin del nazismo

La victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial logró detener la amenaza del nazismo. Sin embargo, la Unión Soviética unida a los Aliados, potenciando la ideología comunista en Europa del Este, planteó otra amenaza marcando un nuevo orden mundial.

Las circunstancias políticas de posguerra le dieron a los Estados Unidos un papel de liderazgo en el bloque occidental contra el bloque oriental dirigido por la Unión Soviética. A partir de la década de 1950, la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética comenzó y duró hasta principios de la década de 1990. Cuando se derribó el Muro de Berlín en 1989 seguida por la disolución del imperio soviético, fue brevemente posible creer que el arco de la historia favorecía irreversiblemente a la libertad, democracia e internacionalismo.

Este punto de vista no pudo anticipar la aparición de nuevos desafíos, como el fundamentalismo islamista, y el resurgimiento de los viejos, como el nacionalismo agresivo. La complacencia sobre el orden económico y cómo distribuyó los frutos del progreso fue destrozada por la crisis financiera de 2007-08. Esto catalizó una reacción política y cultural en curso contra la globalización y el gobierno liberal. Las suposiciones y estructuras dentro de las cuales vivió el mundo occidental durante muchas décadas después de 1945 ahora parecen mucho más contingentes.

Las fechas conmemorativas nos ofrecen un momento de reflexión para meditar sobre una propia visión de la historia. Se puede hacer de manera triunfante, arrepentida o autocrítica. Siempre se trata de no solo dejar atrás la historia, sino de recrear una relación con ella a través de un nuevo enfoque. Porque el momento presente, el punto desde el cual conmemoramos juntos, se mueve constantemente en el eje del tiempo; entonces las condiciones previas y los desafíos que surgen del acto de la memoria también están en permanente movimiento. ¿Cómo ha cambiado nuestra perspectiva de la historia, 75 años después del final de la guerra? ¿Cuáles son los nuevos desafíos?

Cultura de la memoria

La creación de una cultura de memoria que escapa a los motivos pasados de moda de la autoheroificación nacional basada únicamente en el orgullo o el sufrimiento que integra aspectos autocríticos en la propia imagen, fue un proceso arduo en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y aún no ha terminado.

Después de la liberación de los campos de concentración en los primeros meses de 1945 por parte de los aliados, los crímenes de lesa humanidad del estado nazi fueron repentinamente expuestos al mundo.

En ese momento, las fuerzas aliadas querían castigar rápidamente a los culpables. Pero también hubo un fuerte consenso político que deseaba superar este pasado lo más rápido posible a fin de ir labrando el futuro; esto no significaba olvidar la historia, fue una decisión pragmática que tuvo éxito. Pero su precio era alto: Cuando los vencedores y los vencidos resolvieron la situación, nadie escuchó a las víctimas, judíos y otros, del terror nazi.

Hoy prevalece otro principio: Para superar un pasado traumático, debemos enfrentarlo y encontrar nuevas direcciones recordando los crímenes cometidos.

Como parte de una cultura de memoria autocrítica, las fechas conmemorativas ya no sirven solo para confirmar las posiciones individuales; son más que una simple continuación de la política diaria con otros medios. Pueden convertirse en un impulso que favorezca un nuevo enfoque de una historia olvidada. Incluso a más de 100 años, todavía no se ve una gran narrativa común de la Primera Guerra Mundial; pero existe un marco para el análisis común de esta historia desde diferentes perspectivas.

Lo que es sobre todo importante, es el deseo de descubrir la perspectiva de todos e integrarla en la propia visión de los acontecimientos. Con esta memoria común, la memoria europea se ha vuelto más amplia, más inclusiva. Si bien la historia de la Segunda Guerra Mundial nos recuerda las complejidades de la herencia europea, no es posible elegir esta herencia, así como tampoco es posible rechazarla; pero sí es posible integrar lo que una vez destruyó y separó en una historia común.

Con la capitulación alemana, la guerra terminó formalmente.

Pero la conflagración se extendió en las mentes y los corazones de millones de seres humanos: Como un recuerdo terrible, como dolor, pena o vergüenza. La Segunda Guerra Mundial ciertamente no llegó a su fin en mayo de 1945.

Pasaron muchos años más hasta que los restos de violencia desaparecieran; su memoria, y los efectos de los eventos que le siguieron, aún permanecen hoy.

Historia

En mayo de 1945 se producía la capitulación de la Wehrmacht, instaurando el Día de la Victoria en Europa. Era el fin del frustrado imperio de Hitler y el nazismo.

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