21 nov. 2024

A disfrutar de las vacaciones con las previsiones contra el Covid

Cada fin de año ya pensamos en disfrutar de las vacaciones y qué hacer en los primeros meses del nuevo año. Algunos tienen la posibilidad de viajar fuera del país, hacer turismo, un tour por el interior, pasar tiempo con la familia o con amigos, con actividades que creen un vínculo con la naturaleza. Este es un tiempo simplemente para desenchufar del trabajo y realizar otras actividades que generen felicidad y bienestar. Todo esto, claro, en medio de los cuidados y medidas sanitarias por la pandemia del Covid, que ya lleva casi dos años. Un riguroso uso de las mascarillas, el lavado de manos y mantener la distancia, son reglas a seguir para no facilitar el contagio del virus, cualquiera sea la decisión de qué hacer. Y lo más importante, contar con el esquema completo de vacunación para enfrentar al virus.

Estamos en época de vacaciones de verano, y este tiempo que sirve para dsconectar de las obligaciones laborales diarias son una ayuda fundamental para reponer las energías, manejar mejor el estrés por las tensiones normales de la vida y el trabajo. Dentro de esas posibilidades que generan los meses de enero y febrero, principalmente, algunos tienen la posibilidad de viajar al exterior, a una playa o a un sitio de veraneo diferente. Otros deciden ir al interior, a hacer el tradicional turismo interno, visitar un arroyo en familia o con amigos.

Asimismo el compartir con la familia, ir con los hijos a un parque de manera más frecuente, ver películas y escuchar música son alternativas más que válidas para ganar en calidad de vida y aprovechar de la mejor manera ese momento libre, de ocio. Leer un libro, salir a restaurantes con la gente querida, ir de compras y conocer lugares históricos o culturales, también pueden figurar en las vacaciones.

Sin embargo, cualquiera de estas actividades por las que optemos, estas deben realizarse atendiendo por sobre todo el protocolo sanitario que es fundamental para desarrollar algún plan en medio de la pandemia del Covid-19.

En este sentido, el esquema completo de vacunación es clave, más aún teniendo en cuenta la explosión de contagios por el coronavirus actual, pese a que está confirmado que la variante ómicron se manifiesta con síntomas leves. Los especialistas refieren que a mitad de febrero ocurriría el pico más alto de la pandemia, un dato también a tener en cuenta. Usar la mascarilla, mantener la distancia física y el lavado de manos, son cuidados que no se deben olvidar. Todas son medidas sanitarias que sean necesarias para la protección.

Los niños y adolescentes también, en gran mayoría, que pasaron dos anualidades de clases virtuales y que igualmente están de vacaciones, se están dando un respiro en familia para retornar a clases con las pilas cargadas. Está por verse si definitivamente las clases este año se iniciarán siendo virtuales o presenciales.

Las vacaciones son tan importantes que diversos estudios realizados en varios países indican que brindan diferentes beneficios a la salud de las personas, como ser la reducción del estrés, porque en los días de reposo las responsabilidades disminuyen. Otro aspecto positivo es la mejora del estado de ánimo y de la calidad del sueño. Además baja la presión arterial, que puede prevenir enfermedades cardiacas. La pausa posibilita una mejora en la salud mental y física. Genera emociones positivas.

Es el momento para salir de la rutina, darnos un tiempo también en nosotros mismos, hacer lo que nos gusta, que sea un espacio diferente, para disfrutar, que te generan nuevas energías y que te brindan salud integral. E independiente a cualquier estudio científico, la realidad nos muestra que al hacer uso y goce de las vacaciones definitivamente reponemos energías, nos sentimos mejor, con mejores actitudes y descansados, con nuevas ganas para emprender y afrontar las responsabilidades cotidianas que se vienen. Tras dos años de crisis por el Covid, el ciudadano necesita un respiro, pero sin perder de vista que aun estamos en pandemia.

Más contenido de esta sección
Un proyecto que buscaba modificar el Código Penal para evitar que los casos de corrupción prescriban en la Justicia fue rechazado por los diputados y enviado al archivo. Se buscaba endurecer las penas, ampliar el universo de tipos penales, extender plazos para la prescripción y endurecer criterios de medición de la pena para delitos de corrupción pública y privada, con énfasis en la corrupción cometida por funcionarios públicos. El rechazo de esta propuesta parece una verdadera declaración de intenciones.
Mientras el ex diputado colorado Juan Carlos Ozorio opera para obtener una medida sustitutiva a la prisión, la Cooperativa San Cristóbal, de la que fue presidente, siente las devastadoras consecuencias de haber sido una entidad a través de la cual, presuntamente, se puso en circulación el dinero proveniente del tráfico ilegal de drogas. Perdió la confianza y a miles de socios. Es un ejemplo de lo que les sucede a las instituciones cuando falta fiscalización. Si no mejoran los controles, este caso se volverá a repetir, con los mismos funestos resultados.
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.