22 dic. 2024

A este senador hay que nacionalizarlo

El senador argentino Edgardo Kueider fue detenido en el Puente de la Amistad llevando consigo más de USD 200.000 no declarados. Era la sexta vez en este año que ingresaba al Paraguay.
En Ciudad del Este todos saben que, con semejantes fajos de billetes, nadie cruza la frontera al albur. Tiene que haberse roto algún acuerdo previo para que sucediera esta catástrofe personal y política. Pudo haber sido una venganza, una desavenencia comercial con un socio paraguayo o una consecuencia de la guerra de baja intensidad que libran Javier Milei y Mauricio Macri.

Kueider, un desconocido en Paraguay, es una figura polémica en su país. Era un dirigente peronista de Entre Ríos que en 2019 resultó electo senador de la Nación por el kirchnerista Frente de Todos, pero que, tras la victoria de Milei, se volvió un aliado del nuevo oficialismo.

Mientras estuvo en el justicialismo, juraba lealtad al gobernador Gustavo Bordet y mantenía una relación afectuosa con el presidente Alberto Fernández. Ya entonces era investigado por enriquecimiento ilícito, lavado de activos y soborno. Los grupos provida lo detestan porque durante el debate por la legalización del aborto prometió con vehemencia votar en contra de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y luego hizo lo contrario.

Los peronistas también lo consideran un traidor por haber votado la Ley de Bases, promovida por el gobierno de Javier Milei, considerada como una norma que impulsa privatizaciones que permitirán el desguace del Estado. Votó en la línea de La Libertad Avanza varias leyes claves y fue premiado con un cargo muy valioso: la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales.

En sus frecuentes viajes a nuestro país, Kueider venía acompañado por su secretaria, Iara Guinsel Costa. La mujer, estudiante de Derecho, había ingresado como funcionaria transitoria del Senado en febrero pasado y fue designada por Kueider para asistirlo en su Comisión, aunque fuentes periodísticas informan que “no trabaja en el despacho”. Para enmarañar un poco más las cosas, uno de sus abogados afirmó que ella “tiene arraigo en Paraguay”, ya que cuenta con “domicilio y lugar de trabajo en Asunción”.

Ahora todos lo niegan a Kueider. Cristina Fernández pidió que “nadie se haga el distraído” y habló de una “democracia tarifada”, que compra votos para aprobar leyes nefastas. Milei respondió con un tuit en el que ponía “Es todo tuyo” con una foto de una boleta del Frente de Todos 2019 con la cara de Kueider como candidato a senador, acompañando a la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández.

¿La ruta del Dinero K es ahora la ruta del Dinero Libertario? Esa es una pregunta para los argentinos; a nosotros nos interesa la participación paraguaya. La trazabilidad del dinero debe ser investigada por el Ministerio Público, la Contraloría y la Seprelad. Todo indica que se trata de plata sucia que, a través de movimientos financieros ficticios con empresas de fachada, es lavada e introducida a los bancos.

Kueider, sin embargo, no está tan solo. Será defendido de forma potente por Ricardo Preda, abogado de Horacio Cartes y el clan Zacarías Irún. Es probable que muy pronto pueda volver a la Argentina. Aunque yo no se lo recomendaría, pues allá nadie lo quiere. En cambio, aquí podría triunfar. Tiene todos los atributos requeridos. Está sospechado desde antes de varios casos de corrupción; pese a ello, se las arregló para ser electo senador; engañó a sus votantes con un fingido espíritu provida y familia; cometió transfuguismo político y se convirtió en satélite del oficialismo; tiene una amiga aparentemente planillera y trató de disimular su abrupta fortuna en estos curiosos y reiterados viajes a Ciudad del Este. Un prodigio, el tipo.

Como esos ignotos futbolistas argentinos a los que paraguayizamos y luego se convierten en crac de la Albirroja, a este senador hay que nacionalizarlo. Aquí será un éxito.

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