Una desolada Bahía de Asunción recibe a los cientos de transeúntes y conductores que a diario recurren a la avenida Costanera para dirigirse a la capital del país. Solo tierra y malezas se dejan ver en los lugares donde meses atrás regaban las aguas del río Paraguay.
De los casi ocho metros de altura que llegó a medir el cauce hídrico en el mes de mayo, las aguas ahora alcanzan tan solo 0,75 metros. Un brusco descenso de las aguas a causa de la falta de precipitaciones pone en vilo al sector productivo del país.
Según explicó el director del Departamento de Meteorología e Hidrología, Raúl Rodas, este escenario se da a raíz de la falta de lluvias en la cuenca alta y media, sitio donde nace el cauce del río Paraguay.
De acuerdo con los datos, durante todo el mes de octubre se registró un déficit de lluvias con relación a lo que suele esperarse para esa época del año. Pero el acentuado descenso se viene dando desde el mes de setiembre.
“El 8 de setiembre el nivel se encontraba en 2,5 metros y a esta fecha se tiene 0,80 metros nada más”, precisó Rodas a Última Hora.
El funcionario señaló que la escasez de lluvias en todo el territorio nacional también afectó a lagos y arroyos que, por lo general, solían ayudar a mantener los niveles normales del río Paraguay en esta época.
Pero el panorama, conforme a las predicciones, no es alentador. En la cuenca alta, que comprende la zona del Pantanal, en el Chaco paraguayo, seguirá la tendencia descendente durante un periodo considerado.
Por otra parte, la cuenca media (Concepción-Asunción) y baja (Asunción-Pilar) se espera precipitaciones de normal a superior de lo normal para las próximas dos semanas pero, de igual forma, la tendencia descendente persiste.
El pronóstico semanal de alturas hidrométricas apunta que para la última semana de este mes el río bajará a 0,56 centímetros en Asunción. Para empezar a repuntar se debe presentar lluvias continuas con valores normales (150 a 250 milímetros), por al menos dos semanas.
La economía en recesión
La alarma de la recesiva economía está encendida, pues así como lo hizo la inundación en su momento, la sequía da golpes que arrojan indicios de una nueva época en la que se verá afectada la campaña sojera 2019/2020.
El Banco Central del Paraguay (BCP) ya adelantó la posibilidad de que la agricultura sufra otro año negativo, arrastrando consigo también a sectores como la industria y los servicios. Pero la escasez de agua además afectaría a la generación de energía y la navegabilidad de los ríos.
El producto interno bruto (PIB) agrícola sufrió en el 2019 niveles de caída de 11,8% y 11,4%, en el primer y segundo trimestres, como consecuencia principalmente de la merma de alrededor de 20% de la producción de soja en la campaña 2018/2019.
En cuanto a lo que refiere al transporte pluvial, la Industria Nacional del Cemento (INC) tomó la medida de racionalizar la provisión de cemento dada la situación actual del río. Si bien se aclaró que no se trata de un desabastecimiento, podrían darse retrasos en la entrega de los productos.
Recomendaciones ante la sequía
El Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa) emitió una serie de recomendaciones dirigidas tanto a prestadores de servicio de agua potable como para hogares en general.
Incremento importante de enfermedades y afecciones, disminución de las posibilidades de una higiene adecuada y la reducción en la calidad de acceso a la alimentación son solo algunas de las implicancias que tiene la falta de agua a nivel sanitario.
Ante estas eventuales circunstancias se aconseja a las juntas de saneamiento el uso racional del agua y control de pérdida en las redes como también prever un reservorio controlado.
En los hogares que no cuenten con servicio de agua en red, deberán colar y hervir como mínimo un minuto el agua recogidas de distintas fuentes.
Así mismo, se insta a evitar o disminuir las actividades recreativas en los ríos y arroyos, debido a que, con la disminución de los caudales, aumenta su grado de contaminación.