mramirez@uhora.com,py
A partir de la obra La cena, escrita por Alcibiades González Delvalle y dirigida por Luis García Bobadilla, el ex fiscal de Delitos Económicos y Anticorrupción Carlos Arregui, actual concejal de Asunción por el Partido Democrático Progresista, demarca lo que él mismo dice podría ser su nueva carrera: el teatro.
Arregui se siente feliz de haber postulado a la audición de la comedia sobre corrupción y periodismo. “Es la primera obra que interpreto de manera más seria, se podría decir que es mi debut formal, y fue a raíz de una invitación de Ana María Imizcoz, actriz a quien admiro hace años; así me presenté a la audición y quedé”, recuerda.
Arregui comparte escena con la propia Imizcoz, así como con otras figuras de renombre, como Juan Carlos Moreno y el comunicador radial Beto Barsotti. “Tuve la mejor de las experiencias”, confiesa el concejal.
Acerca de si seguiría en las tablas, afirma que sí. “Me encantaría seguir actuando. Lo haré siempre que pueda compatibilizar y equilibrar con mi vida laboral, que es bastante agitada también”, afirma.
PROPUESTAS. A raíz de esta obra, Arregui recibió otras propuestas para seguir actuando. “Se me acercaron algunas personas interesadas en hacer alguna obra, con un guion relacionado a mi vida como fiscal. Fui fiscal más de 20 años, cargo al que renuncié en el año 2014 para incursionar en la vida política, en la que estoy hace dos años y medio”, explica.
EN LA SANGRE. Para el ex fiscal y actual concejal de Asunción, las inquietudes artísticas son una herencia familiar.
“Mi finado padre tenía inclinaciones artísticas, le gustaba mucho cantar”, cuenta, y agrega que su hermano, Adolfo Arregui, también es artista, pues integra el reconocido grupo Generación de Villarrica.
Carlos Arregui empezó a desarrollar su talento artístico desde pequeño. “De chico me gustaba mucho cantar, imitaba a cantantes de la época, que en su momento eran Sandro, Julio Iglesias, Camilo Sesto”, recuerda.
EN TEATRO. Las experiencias en teatro para Carlos se iniciaron en época de colegio, pues en su centro de formación secundaria, Colegio Cristo Rey, llegó a interpretar obras, entre ellas, una donde hizo de San Ignacio de Loyola, hace más de 35 años.
También en la época de facultad volvió a saborear el gusto por las tablas. “La que recuerdo de manera mas formal fue El show de las elecciones, que la hicimos en la Facultad de Derecho, en 1993. Recuerdo que yo había personificado a algunos observadores de la OEA, y al candidato de aquel entonces, Guillermo Caballero Vargas”, comenta.
SENTIMIENTOS. “A través del teatro puedo expresar y sensibilizar más a mucha más gente, con mensajes capaces de trasformar en positivo, realidades difíciles”, dice Carlos, y añade: “Mensajes que desde lo formal, y desde las máscaras que nos creamos, son difíciles de enviar”.
Para Arregui, actuar es como un “gran desahogo, una liberación del espíritu, de estereotipos de conductas, pautas sociales que nos introducen desde pequeños”.
Por último, deja como reflexión: “La vida es bella, a pesar de las circunstancias difíciles que atravesamos. Siempre hay un espacio de libertad interior que cultivar, y el arte es una manera de acercarnos a esa libertad”, concreta.