Las frases "¡Qué mentiroso que sos!” y "¡Hagan lío!”, pronunciadas en ese entonces por Francisco, todavía resuenan en la memoria de los feligreses católicos.
Francisco, el segundo Papa que llegó hasta Paraguay, se reunió con pobladores del Bañado Norte, visitó el Hospital de Niños Acosta Ñu y la Fundación San Rafael, mantuvo un encuentro con representantes de la sociedad civil en el estadio del León Condou, celebró misas en Ñu Guasu –como lo hiciera Juan Pablo II– y en la Basílica Menor de Caacupé y se reunió con los jóvenes en la Costanera de Asunción.
Su trato afable, sus reclamos a favor de los desamparados y su manera directa de hablar a las autoridades hicieron que conquiste el corazón de los paraguayos.
“No podía estar en Paraguay sin estar con ustedes, sin estar en esta, su tierra… Al pensar en ustedes me recordaba de la Sagrada Familia: ver sus rostros, sus hijos, sus abuelos; escuchar sus historias y todo lo que han realizado para estar aquí, todo lo que pelean para una vida digna, un techo”, había señalado el máximo representante de la Iglesia Católica durante su visita al Bañado Norte, donde decenas de pobladores pidieron la titulación de las tierras que habitan y no ser desalojados.
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Mujer paraguaya
Jorge Bergoglio también aprovechó su visita al país para reconocer los esfuerzos de la mujer paraguaya y darle su lugar en la historia del país.
“Quiero reconocer con emoción y admiración, el papel desempeñado por la mujer paraguaya en esos momentos democráticos de la historia. Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas han llevado el peso más grande; han sabido sacar adelante a sus familias y a su país, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor”, había expresado.
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León Condou
Su encuentro con representantes de la sociedad civil en el León Condou tambén está marcado en la memoria de los paraguayos, donde recordó que la patria está antes que los negocios y que la diversidad no solo es buena, sino necesaria.
“La uniformidad nos anula y nos hace autómatas. La riqueza de la vida está en la diversidad”, había referido.
Francisco instó a los líderes a respetar al pobre y a no usarlo como objeto para lavar las culpas. Recordó que el desarrollo económico debe tener rostro humano. También, recordó que la corrupción “es la polilla y la gangrena” de un pueblo.
“Los pobres tienen mucho que enseñarnos en humanidad, bondad y sacrificio. En ellos vemos el rostro y la carne de Cristo”, había sido otra de sus expresiones.
La visita del Papa al Paraguay fue de tres días, del 10 al 12 de julio del 2015. La estadía del Pontífice en el país formó parte de una gira por la región e incluyó también a Ecuador y Bolivia.