El sábado bastaron unos segundos para que decenas de miles de personas, algunas de las más vulnerables del país, perdieran todo lo que poseían tras el terremoto de 7,2 grados de magnitud.
En las calles, los sobrevivientes han estado luchando a diario para encontrar agua y alimentos mientras los convoyes humanitarios comienzan a distribuir productos de primera necesidad, pero a menudo en cantidades insuficientes.
El viernes se llevaron a cabo distribuciones informales de ayuda humanitaria en Los Cayos, la tercera ciudad más grande de Haití, destruida en gran parte por el terremoto, lo que a menudo provocó refriegas entre la multitud.
A esta ciudad llegó el viernes la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, en una visita de 24 horas al país.
“Escuchamos las necesidades de los que están sobre el terreno. Hay muchas insuficiencias y seguimos comprometidos a apoyarlos”, dijo la diplomática nigeriana. AFP.