Después de mucho dolor y mucha angustia, de soportar innumerables sacrificios desde la llegada de la pandemia del coronavirus hace más de un año, de sufrir la enfermedad y la muerte de muchos seres queridos, de sentir en carne propia el impacto de la crisis sanitaria y la crisis económica, en nuestro país también estamos empezando a ver una luz de mayor esperanza al final del túnel.
Aunque los hospitales permanecen todavía saturados de pacientes internados y de los que no consiguen camas de terapia intensiva, el número diario de fallecidos por Covid-19 sigue siendo alto y continúan los problemas en la provisión de medicamentos esenciales; sin embargo, el retrasado proceso de vacunación está teniendo significativos avances, con la llegada de mayores cantidades de dosis.
Según los anuncios de las autoridades, en estos días y durante todo este mes de julio llegarán importantes partidas de vacunas, incluyendo la generosa donación de un millón de dosis del antivirus Pfizer del Gobierno de Estados Unidos, sumadas al acuerdo de compras con el mismo laboratorio Pfizer para otras un millón de dosis, que llegarán a través de una empresa privada, además de inoculantes ya adquiridos de procedencia rusa, china e india, que aún deben arribar al país.
Es decir, la disponibilidad de dosis empieza a ser significativa para avanzar en la vacunación masiva de la población, pero el proceso se encuentra con inconvenientes, pues el Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19 tiene como población objetivo la inmunización de 4,5 millones de personas. Sin embargo, hasta la fecha solo se registraron poco más de dos millones de personas, desde los mayores de 18 años con intenciones de recibir las dosis.
Evidentemente, en este bajo registro influyen elementos culturales, dificultades de acceso, pero principalmente los prejuicios y el temor que se ha instalado en la población por parte de un sector que propaga noticias falsas o fake news, buscando imponer mitos sobre supuestos riesgos de las vacunas, que han sido terminantemente desmentidos por la ciencia.
La falta de una buena campaña de información por parte del Gobierno y las autoridades sanitarias acerca de la importancia de vacunarse, como principal medio para superar la crisis y de la absoluta seguridad que tienen todas las vacunas que han sido aprobadas, también influyó en esta situación.
Por eso es importante que —ahora que existe mayor cantidad de antígenos disponibles— la población habilitada supere los prejuicios y el temor que han inculcado las falsas noticias, y que todos acudan a vacunarse, para aumentar la inmunidad que nos puede ayudar a superar la larga crisis y recuperar la actividad económica y social en diversos ámbitos, sin olvidar que es importante seguir manteniendo los hábitos de higiene, distanciamiento social y uso de tapabocas, sobre todo ante el riesgo que implica la propagación de nuevas variantes del coronavirus, como la delta, ya que siguen siendo las medidas de cuidado más efectivas para un retorno seguro a la nueva normalidad.