Ganador de un Oscar por “La red social” y responsable de series como “The West Wing”, Sorkin se sinceró hoy en un coloquio organizado en el marco del Festival de Cine de Tribeca.
“No hay un solo episodio que haya escrito para televisión al que no me querría volver y hacerlo de nuevo”, admitió el guionista neoyorquino, que aseguró que si pudiese, volvería a empezar su última serie, “The Newsroom”, desde el primer capítulo.
“Tengo la sensación de que ahora mismo estoy aprendiendo a escribirla”, afirmó Sorkin, embarcado actualmente en la tercera temporada de esta ficción sobre la redacción de informativos de una importante cadena de televisión por cable estadounidense.
Según Sorkin, escribir para televisión supone “aprender las lecciones ante varios millones de espectadores” y es algo a lo que uno tiene que habituarse.
En el caso de “The Newsroom”, asegura que desde el principio se produjo “un terrible malentendido” con sus intenciones, pues en muchos casos la serie se ha entendido como un intento de mostrar “cómo hacer bien las noticias”.
“No situé la serie en el pasado reciente para mostrar a los profesionales cómo lo deberían haber hecho, lo hice porque no quería inventarme noticias”, defendió Sorkin.
El escritor subrayó que a lo largo de su carrera, muy centrada en historias sobre política y medios de comunicación, nunca ha tratado de “enseñar una lección” al público o de convencerle de algo.
Sorkin, sin embargo, no escondió hoy su preocupación por el rumbo que ha tomado la sociedad estadounidense y aseguró que en los últimos diez años se ha “dado valor a la maldad, a la bajeza”.
“Todo vale y uno se puede ganar la vida con eso. Es algo que me preocupa”, aseguró el guionista de películas como “Algunos hombre buenos” (1992) y “Moneyball” (2011).
“Antes al menos había una barrera social que nos hacía censurarnos. (...) Creo que podríamos ser mucho mejores con los demás”, insistió.
Sorkin reconoció que su tendencia natural es “escribir de una forma muy idealista y romántica” y por ello la mayor parte de sus obras incluyen un héroe.
“Me cuestan mucho los tipos malos”, admitió el escritor, que sin embargo se declaró admirador de muchos de los grandes antihéroes de la televisión más reciente, como el Frank Underwood de “House of Cards”, a la que define como la “anti-West Wing”, o el Don Draper de “Mad Men”.
“Como espectador, me encantan esas series. Como guionista, no sabría cómo hacerlo”, aseguró.
Para Sorkin, el brillante presente de la televisión no tiene por qué ir en detrimento del cine y, pese a haber logrado gran parte de su reconocimiento gracias a la pequeña pantalla, hoy defendió que no hay nada como la experiencia de la sala de cine.
“No creo que haya nunca nada que pueda reemplazar esa sensación”, aseguró.
A pesar de que con su participación Sorkin abría un ciclo de conferencias sobre el futuro de la industria y sus últimas tendencias, el prestigioso guionista mostró un perfil más bien clásico y aseguró que los consejos que podía dar a los cineastas noveles no difieren de los que les habrían dado hace 50 años.
“No trates de adivinar lo que el público quiere. Escribe lo que a ti te gustaría”, recomendó ante las preguntas de un aspirante a guionista.
Preguntado por el gran proyecto que tiene entre manos, una película sobre Steve Jobs, Sorkin no quiso avanzar gran cosa, pero aseguró que no será “una biografía”, sino algo distinto, en el que el fundador de Apple está a medio camino entre el héroe y el antihéroe.