Un operativo de prevención y combate al contrabando en el Mercado de Abasto de barrio Obrero, en Ciudad del Este, terminó a los huevazos. Los trabajadores cuestionaron que desde el Gobierno se persiga a los pequeños comerciantes y se apoye solo a las grandes empresas.
La intervención estuvo a cargo del personal de la Dirección contra Hechos Punibles, Económicos y Financieros, funcionarios del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Secretaría Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y Semillas (Senave), Secretaría Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) y Aduanas.
La comitiva llegó al mercado municipal cerca del mediodía para verificar supuestos hechos de contrabando, pero una vez en el lugar los intervinientes se encontraron con una turba de personas, informó el periodista de Última Hora Edgar Medina.
El informe policial señala que los trabajadores estaban con una actitud belicosa y, a pesar de que se intentó dialogar para explicar el motivo de la presencia policial, la situación se tornó agresiva, por lo que se tuvieron que retirar del lugar.
Los comerciantes reclaman las trabas en el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición, en la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria, en el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, que no les permiten trabajar, mientras que a las grandes empresas de la capital del país les facilita la importación.
Uno de los gremialistas del sector, César Cáceres, señaló que el Gobierno había firmado un acta de compromiso en una movilización anterior, pero que ninguno de los puntos fue cumplido por ellos, pero que ahora están ofreciendo supuestamente “garrotes”, antes que soluciones a la problemática del sector.
La administración del mercado también cuestionó que la Policía haya intentado ingresar a un predio privado de la Municipalidad sin haber comunicado.
El administrador, Alejandro Martínez, y la asesora jurídica, Alice Monges, intentaron mediar, pero al final los comerciantes y empleados comenzaron a lanzar huevos a la comitiva, obligando a los policías a retirarse del sitio.
La situación generó tanto malestar que los comerciantes quemaron cubiertas sobre la avenida Bernardino Caballero, frente al mercado, como protesta a la medida.