Teresa Martínez , titular del Ministerio de la Niñez y Adolescencia, habló sobre la situación de la adolescente de 14 años, quien aparentemente le propinó dos puñaladas en el pecho a un vendedor de chipa que se resistió a un robo y le produjo su muerte en el Mercado de Abasto .
“Lamentablemente, se llegó a este extremo, en esta situación, a los 12 años ella fue víctima de abuso, a los 13 años estuvo embarazada, nosotros hemos pedido su albergue”, relató Martínez. Sin embargo, indica que a pesar de ello no se pudo llegar a tiempo ya que los centros de cuidados no son lugares de encierro.
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La ministra dijo que el caso de la adolescente fue derivado a todas las instancias del ámbito jurisdiccional y que al no cometer un ilícito no se la pudo llevar a ningún albergue.
“Ella no es una delincuente, es una víctima de vulneración de los derechos”, afirmó.
Señaló que al no haber una acompañamiento familiar tampoco hay un acogimiento para estos casos “porque nadie quiere recibir un niño de esa naturaleza en su domicilio”, lamentó
La problemática en el Abasto
Así como la Terminal de Asunción, el Mercado de Abasto es uno de los focos de exposición y vulneración de niños, niñas y adolescentes, una situación que no es desconocida por las autoridades, pero que no es abordada con el grado de responsabilidad que se requiere .
Al respecto, la secretaria de Estado mencionó que el lugar se vuelve propicio ya que se trata de un lugar de concurrencia de muchos niños en busca de alguna actividad económica, y a esto se suma la venta de droga en la zona y todo lo que significa vulneración de niños en calle.
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“El Ministerio de la Niñez es un ente rector y tiene algunos servicios directos. Todo lo que es calle es un problema municipal, pero en este caso, el problema de las adicciones es un problema de salud mental y no tenemos los dispositivos suficientes para abordar la problemática de manera continua, permanente y que asegure que estos niños en situación de calle pueden ser rehabilitados ", reconoció.
Dijo que además de no tener los dispositivos otro problema es el abandono de su propia familia. “Muchas de sus familias ya no los reciben en sus casas, por la situación de adicción”, comentó.
La adicción, un problema de salud mental
Martínez indicó que el problema de la adicción más que un problema social, es un problema de salud mental, por lo que se refirió al grado de implicancia del Ministerio de Salud en la responsabilidad de esta problemática.
“Es necesario que se potencie todo lo que es salud mental, el Centro de Adicciones tiene 30 camas, pero a los 20 a 30 días el niño, niña y adolescente pasa a un proceso ambulatorio, que si no tiene familia eso no funciona. El actor principal es salud mental ”, apuntó.
Continuó: “Las familias necesitan mucho apoyo para enfrentar esto, por lo que no pueden ayudar, es que no tienen para dónde ir cuando quieren que se les atienda a su hijo, no encuentran solución porque en Salud Pública no encuentran los servicios de salud mental y el tratamiento a las adicciones ", aseveró.
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Explicó que solo el Centro de Adicciones presta servicio gratuito y que en el sector privado un tratamiento para adicciones rondaría los G. 8 millones al mes.
En el caso del Mercado de Abasto admitió que sí se requieren más espacios de cuidados, lo que sostuvo que es responsabilidad de la Municipalidad de Asunción.
También habló de la responsabilidad de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). “Hoy nuevamente hubo una reunión con la Senad a los efectos de tener una persecución del microtráfico en esa zona, es muy evidente, se sabe, se conoce quiénes y dónde venden. Es cuestión de sacar eso de ahí", criticó.
Agregó que la Senad tiene como misión trabajar en la prevención de las adicciones y también trabajar en la rehabilitación de las personas con problemas de adicciones, además del combate al narcotráfico.
Siempre hay más por ajustar
Igualmente, la ministra detalló que ante la problemática de los niños en situación de calle y con problemas de adicción se concretó instalar un centro del cuidado para primera infancia, a los hijos de los permisionarios y también para otros niños de primera infancia, con hasta 8 años y otros hasta 10 años de edad.
En el mismo espacio se dispuso una unidad del Programa de Atención Integral a los Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle (Painac), pero dicho servicio es solo para identificación, atención y derivación de casos, ya que es un espacio de cuidado abierto.
Por otro lado, la atención a los niños, niñas y adolescentes que están con problema de consumo de sustancias adictivas la Municipalidad puso un puesto, un dispensario sanitario también para los niños, niñas y adolescentes.
Señaló que mediante un trabajo en conjunto con la Dequení y la Unicef se instaló un Centro de Atención Integral (CAI), con la idea de tener un mejor control del espacio del Abasto, hasta el 2020 antes de la pandemia, donde se redujeron las ventas de drogas y se pudieron identificar rápidamente situaciones de explotación, pero que todo el trabajo se detuvo con la pandemia.
Actualmente, mediante el dispositivo del CAI, que recorren la zona, se denunciaron en varias oportunidades los espacios, las casas y edificios abandonados que se usaban como aguantadero, lo que pudo ser intervenido. “Algunas veces se retiraron niños de ahí, varios de ellos están en proceso de desintoxicación y otros que escaparon”, precisó.
Sin embargo, reconoció que la tarea es muy grande, los recursos pocos y siempre hay más por ajustar en cuanto a políticas públicas que logren abarcar el problema y dar una solución a este drama.