El presidente de la República Mario Abdo Benítez tendrá un escenario bastante crispado y a esto se suma la marcada división del bloque colorado en la Cámara Alta.
En su discurso inaugural como jefe de Estado tras su juramento, el pasado miércoles, había puesto el dedo en la llaga a temas claves que son justamente puntos de conflicto sobre todo en el Senado.
Abiertamente habló del rechazo a la impunidad, en momentos en que varios de sus correligionarios están en la mira de la ciudadanía, entre ellos Victor Bogado y el luqueño Óscar González Daher.
Siguen las movilizaciones ciudadanas en busca de la salida de este último, quien ya había quedado sin banca por pérdida de investidura en el periodo pasado tras la filtración de audios donde se mostró el abierto tráfico de influencias que ejercía sobre el Poder Judicial.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppMarito también hizo referencia a uno de los temas más sensibles que agobian sobre todo a los integrantes del cartismo que es el juramento de su líder, Horacio Cartes.
En ese sentido, aseguró en su discurso que cuando termine su mandato respetará la Constitución y será senador vitalicio.
Justamente el enojo de los parlamentarios que responden al presidente saliente tiene que ver con que insisten en que Cartes ocupe su banca como senador, y siguen las presiones sobre ese punto.
El titular del Congreso Silvio Ovelar admitió la fractura entre los colorados, y como prueba de ello fue la ausencia del sector y del propio presidente de la ANR, Pedro Alliana, en el juramento de Mario Abdo, el miércoles pasado.
En contrapartida, todo el cartismo con el ex presidente a la cabeza se volcaron a los actos de asunción al mando de los gobernadores colorados cartistas con lo que claramente demostraron que se arrinconarán con sus bases al inicio de este nuevo periodo presidencial.
El verborrágico senador Juan Carlos Galaverna, y el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, señalaron que la actitud de sus partidarios es el resultado de que no superaron los resultados de las elecciones.
Tres bancadas. A pesar del desgastado discurso en busca de la unidad durante la campaña electoral, y de haber pactado para la mesa directiva, aumentan las fricciones entre los colorados.
Actualmente, y ya desde antes de los comicios de abril, la ANR en el Senado quedó fracturada en tres bloques: la bancada A, que nuclea a Añetete, que es el oficialismo actual; la B, de los cartistas; y la C de los samanieguistas, que está siendo por el momento afín a Marito.
Mirta Gusinky al final se acopló a este último grupo, luego de la crisis que se generó dentro del cartismo por las bancas de Horacio Cartes y Duarte Frutos.
La senadora ocupa justamente la banca de este último, quien ya fue designado como director interino de Yacyretá y aguarda el acuerdo constitucional que le debe prestar el Senado.
En lugar de Cartes está Rodolfo Friedmann, de la bancada Añetete y sigue estando en el ojo de la tormenta porque los aliados del ex mandatario no se resignan que no le hayan dejado jurar al ex gobernante.
A pesar de ser el sector mayoritario por tener 17 senadores, la bancada colorada igual precisa de otros sectores para la toma de decisiones y más aún si se mantienen fraccionados.
Ningún partido político solo cuenta con 23 miembros, que es la mayoría que se precisa, así que nuevamente tienen que apelar al diálogo y a los pactos políticos con los distintos bloques en la Cámara Alta.
Si Marito tiene la intención de llevar a la práctica su discurso, y más aún buscar una constituyente tal como se anunció ayer, tiene un gran desafío que implica buscar consensos no solo dentro de su partido sino con una mayoría en Senado, y Diputados.