“Si bien es sabido que en nuestros países existen dificultades estructurales de larga data. La frase ‘la pandemia los igualó a todos’ se fue desdibujando con el paso del tiempo y cuando la falta de vacunas o de insumos médicos no nos dieron tregua, las desigualdades se hicieron más evidentes”, expresó el presidente Mario Abdo Benítez, durante su discurso en la VI Cumbre de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El mandatario mencionó que hubo fallas en cuestiones básicas y no hubo un acceso a las vacunas oportuno, justo y equitativo. “Acá es necesario hacer un llamado de atención a los sistemas que no supieron responder a las necesidades reales de los países”, indicó.
Señaló que afortunadamente en los momentos de dificultad aparecieron muestras de solidaridad y esperanza, y agradeció al Gobierno mexicano por la ayuda recibida en los momentos de crisis de la pandemia, así como a los Gobiernos de Chile, Uruguay, Argentina, Colombia, Brasil y Estados Unidos.
Agregó que un problema no menor es el impacto del Covid-19 en las economías de la región al tiempo de dar un breve repaso de la situación de la economía paraguaya.
“Paraguay redujo la pobreza extrema durante la pandemia, pues se tomaron medidas de contención social que nos permitieron generar recursos para, entre otras medidas, llegar directamente a los más vulnerables con transferencia monetaria”, recalcó.
Al respecto, dijo que Paraguay, al finalizar el 2020, tuvo una caída de PIB del 0,6%, el menor de la región, nuestro desempleo quedó en el 7,2% y nuestra inflación 2,2%. En el primer trimestre de este año tuvimos un crecimiento del 6,3%.
Abdo habló de la preocupación en el aumento de la pobreza en todos los países, por lo que pidió trabajar conjuntamente para repuntar el proceso en los avances que se registraron en la región para con el sector más carenciado de la población.
Sobre los desafíos regionales, afirmó que preocupa que representan una amenaza para la seguridad de los Gobiernos el crimen organizado materializados en el narcotráfico, la industria del secuestro y la explotación de víctimas inocentes, así como los efectos del cambio climático en el continente.