La madre del niño de 7 años, que fue víctima de abuso sexual en un colegio privado en la ciudad de Lambaré, brindó este sábado una entrevista exclusiva al programa La Lupa, emitido por Telefuturo, ocasión en que recordó los momentos de terror que vivió su hijo desde que era víctima de acoso escolar hasta que fue abusado por otros alumnos adolescentes.
Comenzó relatando que su hijo, desde que salió del portón de la institución, estaba “caminando lento, trastrabillando el zapatito”. Dijo que el guardia le alzó al vehículo y él subió sin saludarla, lo que le llamó bastante la atención.
Comentó que lo vio triste y le preguntó qué le pasaba, porque era la primera vez que asistía al colegio sin su hermano, y el pequeño le dijo que no quería hablar.
Una vez que llegaron a su domicilio fueron al sanitario y su hijo le dijo que no quería bañarse, que solo deseaba ver la tele y acostarse al lado de su hermanito. Ante esto, su madre insistió y le prometió que el aseo iba a ser rápido, por lo que el pequeño aceptó.
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“Entramos a bañarnos, él sabe higienizarse solo, yo le ayudo con el agua y, cuando llegamos a las partes fundamentales, él dijo ‘ahí no’ y se tapó, ‘ahí no, mamá', me dice, cosa que nunca pasó. Yo le dije '¿por qué ahí no?, ya tenés jabón, te tengo que ayudar’ y yo ya sentí algo, porque era esa parte. Entonces le dije ‘tengo que mirar, ¿te puedo mirar?, vamos a enjuagar, yo te voy a ayudar, y ahí veo que están las lesiones que tiene. Entonces le enjuagué, le envolví con la toalla y le senté en el inodoro”, relató entre lágrimas.
Dijo que luego ella se sentó en el piso para que su hijo la mirara y le pidió que por favor le cuente qué sucedió, a lo que el niño le afirmó que no podía relatarle lo que pasó. Ante esto, ella le pidió que le comente, que lo iba a ayudar y lo iba a cuidar.
La madre comentó que el niño finalmente le confesó lo sucedido, indicándoles que un alumno le ofreció un chocolate y le dijo que le acompañe a su aula, a lo que su hijo aceptó y cuando entró se percató de que no era un aula, pero no pudo salir porque estaban entre cuatro quienes lo empujaron y dos de ellos ingresaron con él en la cabina y los otros se quedaron a controlar en la puerta principal para que nadie entre.
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Relató que le sacaron la ropa y uno de ellos le dijo que se calle porque le iba a “cortar la cabeza” y le pegó en la cadera.
“No sé qué tan agresivo habrá sido todo porque el miedo que él tenía era demasiado. Yo me fui y le acosté al lado de su hermanito, le llamo a mi esposo, le cuento lo que pasa, no sé cómo explicar, miles de cosas pensás, ¿cómo pudo pasar esto?, ¿cómo pudo ser?”, expresó.
Posteriormente, la madre lleva a su hijo al sanatorio para consultar con su pediatra y cuando le iba a inspeccionar en sus partes íntimas el niño le dijo que no, porque “le metieron en el baño y le tocaron”.
Los abusadores eran “los de la semilla”, confesó el niño
El niño confesó a su pediatra que sus abusadores “eran los de la semilla”, que eran alumnos que desde hacía un mes le venían persiguiendo y le dijeron que tenían que “plantar semillas en el colegio”.
La madre recordó que un día su hijo se perdió tras terminar la clase de natación y sus abusadores vieron eso y se acercaron a él. Le preguntaron si estaba perdido, a lo que el pequeño contestó que sí.
Posteriormente, le dijeron que le iban a ayudar a llegar a su aula, que iban a ser sus amigos si él quería, pero para formar para del grupo tenía que cumplir varias consignas y una de ellas fue plantar en el colegio, frente a un árbol, unas semillas.
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“Eso no le pareció relevante en su inocencia, pero vino de la escuela muy sucio, con una suciedad que no es común, entonces le pregunté por qué iba sucio de esa manera, y él me dice ‘sembramos semillas’. En el colegio a veces hacen esas cosas y más o menos creí que era eso”, agregó.
La madre relató que el 31 de marzo pasado, por segunda vez, su hijo volvió a ir a su domicilio de la misma manera, por lo que le preguntó qué sucedía y el niño le confesó que había consignas que le estaban mandando hacer, que se acercaron para ser sus amigos y que "él no iba a ser el único elegido”.
El niño le dio el nombre de uno de ellos y describió a los demás. Posteriormente, la madre lo llevó a una neurosicóloga, porque en el colegio le dijeron que estaba “muy distraído”.
Madre comunicó a la docente de su hijo lo que estaba pasando
La madre afirmó que, según su hijo, él quería salir de ellos. Sin embargo, los alumnos le perseguían. Tras esto, llamó a la docente del niño, a quien comentó todo y le pidió que “tomen muy en serio” lo que estaba sucediendo, porque “no era cualquier cosa”.
La docente le aseguró que los niños pequeños no se mezclan con los más grandes. Sostuvo que “fue un caso esporádico, excepcional” y que el colegio cuenta con muchas cámaras, que no se preocupe porque sabía de qué grado eran los alumnos”.
La maestra le prometió que se reuniría con cada coordinador y que le iban hacer un informe, que no se preocupara. Sin embargo, el informe por parte de la institución “nunca apareció".
La madre dijo que una semana anterior a su otro hijo le derramaron alcohol en la cabeza y le pegaron, por lo que insistió en saber la identidad de los agresores. La docente le prometió que le daría un informe en una semana y el 26 de abril, al retornar, ya fue víctima del abuso sexual.
Tras lo sucedido, le pidieron que se tranquilice, que “no exagere” y que lleve de igual forma a su hijo a la institución, porque le “iban a cuidar”.
Desenterraron juguetes del patio del colegio
“Mi hijo va al colegio. Se le lleva con la sicóloga forense. Vamos nosotros mismos. Le llevamos un día en que no estaba nadie, porque estaba clausurado el colegio. Va y muestra cada detalle que me contó, pero físicamente, como yo no podía ingresar al colegio, él me contaba y a mí me desesperaba no saber así in situ todos los lugares que él me contaba que pasaban las cosas”, expresó.
Luego su hijo les mostró la cancha de cemento, el baño, la tercera cabina y relató cómo lo metieron al sitio y la forma en que cerraron la perilla.
“‘Me hicieron esto, me bajaron el pantalón’, todo así tan específico contó. Él mismo se fue a desenterrar porque sabía dónde estaban las cosas. ¿Ustedes piensan que encontramos solamente sus cosas? Había montón de juguetes enterrados ahí'", recordó entre lágrimas.
Además, sacaron dos semillas grandes del sitio en donde su hijo le afirmó que las había enterrado.
La mujer dijo que su hijo volvió a rememorar todo en la cámara Gesell y que ahí le “seguían preguntando morbosidades”.
“Evité el sufrimiento de otros niños”, dice la madre
La madre asegura que, tras denunciar el hecho que se hizo público, logró evitar el sufrimiento de otros niños, porque, pese a que la institución quiere seguir negando, ella asegura que hay otra víctima.
“Son dos (víctimas), ¿cómo pueden decir que no ocurrió en el colegio? ¿Cómo pueden tener esa caradurez? Acá ya hay otra víctima y puedo asegurar que si tantos padres tuviesen más conexión con sus hijos a lo mejor saltarían más (víctimas) por los juguetes que se encontraron”, expresó.
Aseguró que el caso deja como reflexión “callate”, como también le dijeron a su hijo en el baño.
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“Callate porque te venimos con toda la estructura encima, porque como dijeron en su comunicado, y según me contaron, de acá a seis meses va a haber novedades y que van a ser otros los denunciados por haber echo una denuncia falsa. Yo les quiero decir que no voy a parar, siento mucho por ellos, voy a llegar hasta el final”, expresó.
La madre afirmó que tiene pruebas y lamentó la confianza que depositó en la institución educativa.
“El Paraguay entero va a saber lo que ocurrió y yo no hablo por hablar, hablo con pruebas, no soy una farsante, no tengo por qué poner mi mundo al revés, bajé ocho kilos porque no puedo comer del estrés que tengo, porque me duele en el alma que tanto le cuidé a mi hijo siempre y tuve que confiar en el colegio para que le pase esto. Digo a estas personas que dejen de mentir, porque cuando más mienten, peor quedan, yo hablo sobre evidencias”, concluyó.
Más detalles
La directora, la coordinadora y una docente del colegio fueron detenidas por presuntamente obstruir en la investigación. Las tres cumplían la medida preventiva en el Centro Penitenciario de Mujeres Serafina Dávalos, de la ciudad de Coronel Oviedo, Departamento de Caaguazú, y desde el 23 de mayo pasado guardan arresto domiciliario.
La nueva medida se les otorgó cuando un Tribunal de Apelación decidió revocar la prisión preventiva que pesaba sobre las tres imputadas. Fueron los camaristas Guillermo Zillich y Nidia Fernández quienes votaron por revocar la resolución de prisión preventiva, mientras que Lourdes Cardozo votó por la confirmación del fallo.
Las tres docentes fueron imputadas por el hecho punible de violación del deber del cuidado, mientras que la directora también fue procesada por frustración de la persecución penal y ejecución penal, y la violación de la Ley 6202/2019.
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De acuerdo con la investigación, el abuso se produjo el pasado 26 de abril, pero la institución educativa de Lambaré obvió los protocolos, por lo que la familia realizó la denuncia ante la Fiscalía.
Poco después, la fiscala Karina Sánchez indicó que hay otra víctima de abuso sexual y que se trata de un niño de 7 años, cuyo caso ocurrió antes del primero que tomó estado público.
Los nombres del colegio y de los implicados se omiten en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y Adolescencia, que prohíbe la publicación de datos que permitan identificar a los niños en situación de vulnerabilidad.