El repudiable acto de abuso de poder de la fuerza de seguridad podría haber quedado impune si no era captado por el periodista deportivo de este medio, Gustavo Saba, quien ante el precipitado retiro de la zona del contingente Antidisturbios de la Policía, decidió grabar porque algo le traía mala espina.
A pocos metros del comunicador estaba la víctima, parado, tranquilamente y en compañía de su pareja. El escopetero, que marchaba entre los últimos agentes del contingente, iba por el medio de la avenida Mariscal López, cuando vio al joven hincha y se dirigió a él, subió a la vereda, y tras decir en voz alta: “Vayan a sus casas”, le aplicó un fuerte golpe en el rostro al joven fanático.
El joven, quien no entendía el violento actuar policial, le reclamó; sin embargo, nuevamente el uniformado le vino al ataque con otro golpe y luego se alejó. La víctima, posteriormente le cuestionó a otros policías que iban detrás del grupo, pero estos solamente atinaron a gritarle al joven: “Tapeho pende rógape (vayan a sus casas)”.
identificación. La cobarde agresión fue denunciada públicamente por el periodista en su cuenta en la red social X, que rápidamente se hizo viral. Además, se dieron a conocer otras cuestionadas filmaciones de agresiones en la zona, que muestran a agentes de las fuerzas públicas propinando golpizas a mujeres y jóvenes totalmente desprotegidos que ni siquiera ponían resistencia.
No se tardó en identificar al escopetero. Se trata del suboficial segundo Cristhian Cabral, que llamativamente es hincha del club Cerro Porteño. Sus fotos también se hicieron virales en las redes sociales, donde internautas repudiaban su inexplicable violento actuar en contra de una persona indefensa.
Al respecto, el comisario Robert Torres, superior directo del suboficial Cabral, manifestó que el agente hace cinco años que cumple estas funciones y que no había presentado hechos de indisciplina durante sus años de servicio. “Nos extraña la actitud de este suboficial, siempre tuvo muy buen comportamiento. Pero me dijo que estaba atravesando algunos problemas personales”, justificó el jefe policial.
Sin embargo, el comisario no supo explicar cómo situaciones de la vida personal puedan interferir en un profesional, que incluso porta un arma de fuego.
El comandante de la Policía, Carlos Benítez, calificó de lamentable la situación. “Es una situación que no es acorde a lo que nosotros les indicamos acá, cómo tiene que actuar un grupo de una fuerza de control”. Dispuso la separación del cargo del agente, que está a disposición de Asuntos Internos.