Acabó la era Mario Abdo Benítez que tuvo que sortear dos intentos de juicio político y una administración cuestionada por el manejo de los millonarios recursos de USD 1.600 millones destinados durante la crisis de la pandemia por el Covid-19.
El gobierno de Abdo Benítez fue sorprendido en su primer año (2019) con el escándalo del acta secreta de Itaipú que reveló un acuerdo para comercializar energía y favorecer a una empresa brasileña. Esta primera crisis había derivado en un intento de juicio político y el mandatario fue salvado por el sector de Honor Colorado.
La segunda prueba de fuego que soportó la administración de Abdo Benítez fue durante la crisis que estalló con la pandemia por el Covid-19 y una serie de movilizaciones sociales. Varios de sus principales colaboradores fueron denunciados por casos de corrupción. Nuevamente se salvó del intento de juicio político gracias al cartismo.
Los casos más sonados estallaron en Petropar con la administración de Patricia Samudio y el caso conocido como agua tónica. Luego apareció una sobrefacturación en la compra de tapabocas que puso en la mira al ex titular de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) Édgar Melgarejo.
Otro escándalo que golpeó la administración de Marito fue el costo de la famosa “pasarela de oro” en plena crisis de la pandemia. Salpicó al ex ministro de Obras Públicas y ex candidato presidencial, Arnoldo Wiens.
Los cuestionamientos sobre el dudoso manejo de los millonarios recursos que debían ser destinados para salud obligaron a Mario Abdo a acudir al Congreso para rendir cuentas sobre el uso de los fondos destinados a la ley de emergencia.
CONFRONTACIÓN. La ruptura de la relación entre Mario Abdo y Cartes ocupó la agenda política durante gran parte de esta administración.
Hubo fuertes confrontaciones y acusaciones principalmente durante la campaña electoral. Ambos compitieron por el manejo de poder en la conducción de la Asociación Nacional Republicana (ANR).
Marito llegó a acusar a Cartes de tener una vida marcada por la ilegalidad y de querer monopolizar el poder económico y político.
La Secretaría de Prevención contra Lavado de Dinero (Seprelad) jugó un rol importante en informes de inteligencia que derivaron en una denuncia contra Cartes.
EEUU Y CORRUPCIÓN. Durante la gestión de Marito hubo una fuerte presencia e interés geopolítico del Gobierno de Estados Unidos que se reflejó en una intensa agenda bilateral, visita de altos ejecutivos de la Casa Blanca, efectivos militares y finalmente las conferencias de prensa para anunciar la lista de políticos declarados significativamente corruptos.
El protagonismo del Gobierno norteamericano derivó en la sanción económica al ex presidente Cartes y nada menos al vicepresidente de la República, Hugo Velázquez. Este último tuvo que abortar su candidatura presidencial, pero no presentó renuncia al cargo. En los últimos meses, optó por mantener un bajo perfil y poca presencia en los actos oficiales.
SENADURÍA. El ocaso del poder llegó a Mario Abdo, quien rápidamente fue perdiendo las fuerzas del apoyo de los legisladores que formaron parte de su equipo político en Fuerza Republicana.
Marito reveló su intención de pretender hacer uso de la senaduría vitalicia para sentar postura sobre temas centrales y eventualmente enfrentar al cartismo ante las denuncias que se pueden poner en marcha sobre su administración.
Un primer roce con el sector cartista ocurrió con la denuncia realizada por Cartes ante la Fiscalía.
Marito cumplió su etapa y hasta último momento mantuvo una serie de reuniones en Palacio de Gobierno recibiendo a las declaraciones extranjeras (entre ellas, Taiwán), que llegaron para participar de la ceremonia de traspaso de Santiago Peña. En uno de sus últimos mensajes, Marito rindió tributo a su padre Mario Abdo (ex secretario del dictador Alfredo Stroessner). “Durante los cinco años tal vez fui un poco injusto porque nunca hice un homenaje a quien hizo posible que yo sea todo lo que soy y pude contribuir a la Nación”, señaló en su despedida.