Hace más de un año que la vetusta planta de Acepar SA está parada. A la fábrica le falta mucho más que atención y cariño para espantar los fantasmas que hoy están como inquilinos y vuelva a la vida, a fin de producir acero para el mercado local.
El tiempo apremia para reactivar la producción, especialmente, en el contexto social. Los obreros llevan tres meses sin percibir sus salarios y aún se les adeuda el 30 por ciento del aguinaldo. Un porcentaje importante de la economía del Departamento de Villa Hayes ya está sintiendo el impacto de la parada.
Los dos últimos arrendatarios de la planta, como el caso de la brasileña Vetorial y la china HCME con la cual se tuvo que rescindir en poco tiempo el contrato, no resultaron buenas experiencias y la administración del interventor judicial, José Luis Vinader, va por lograr que “la tercera sea la vencida”.
La única alternativa para lograr la reactivación en el menor plazo posible es conseguir que se interese un nuevo grupo inversor, pero que realmente haga lo que se debe para el efecto y no deje clavos y desesperanza como las anteriores. Esto, a la par de la continuidad de la convocatoria de acreedores y el esperado fallo arbitral que determine si las acciones deben retornar en su totalidad al Estado ante la fallida privatización envuelta en un interminable proceso judicial.
Guiados por referentes de la coordinadora y los ingenieros Luis Cabrera y Óscar Galeano recorrimos una vez más las instalaciones ubicadas en un predio de 73 hectáreas. En la entrada, siguen en vigilia un grupo de obreros alrededor de una olla popular. El estado de abandono de la planta es notorio a simple vista. No obstante, los citados guías dijeron que, con una inversión en mantenimiento y capital financiero, la planta puede volver a producir de inmediato. Recordaron que antes del paro en diciembre de 2017 producía 4,5 toneladas por mesa.
Confesaron que, si bien hay aún algo de chatarra para la venta, a fin de obtener recursos para cubrir los retrasos salariales, ya no es una vía sustentable.
URGENTE. Luis Silva, dirigente de la Coordinadora de Trabajadores, dijo que la urgencia que tienen hoy es reactivar como sea la planta, a fin de que sea rentable para el que invierta y también para que ellos sigan teniendo sus puestos de trabajo y perciban sus salarios, que ya no reciben desde diciembre pasado.
Apuntó que la situación es angustiante para los trabajadores y sus familias. “El daño que sufrimos por esta situación es tremendo. En el relevamiento de datos que hicimos hay, por ejemplo, 737 chicos en edad escolar afectados porque sus padres ya no tienen ingresos”, alertó.
Silva indicó que desde que ya no perciben los salarios, se está registrando una gran recesión económica en el Departamento de Villa Hayes que estiman está en el orden del 40%. “Los negocios ya no venden o se cierran. También afecta en la cadena a los vendedores de empanadas para el desayuno y yuyos para el tereré. Está afectando a todo”, enfatizó.
Finalmente, indicó todos creen que si el Estado y el Gobierno pueden accionar políticamente para salvar la situación, que venga un inversor y la planta vuelva a producir.