05 nov. 2024

Activismo digital: de internet a las calles

Como plataforma que se constituye en una herramienta de democratización y empoderamiento en la era digital, Change.Org busca canalizar los pedidos ciudadanos y lograr políticas públicas que beneficien a las personas, los animales y el medioambiente.

Daniel y Ana Cecilia Niño conformaban un feliz matrimonio, hasta que todo cambió cuando a ella le diagnosticaron cáncer de pulmón. Pero su enfermedad no fue producto del azar, sino consecuencia directa de la exposición por más de 17 años al asbesto, un material hecho de minerales que se utiliza para fabricar insumos de construcción como las tejas.

En sus últimos meses de vida, Ana Cecilia, que era periodista, aprovechó para advertir y denunciar el uso indiscriminado de este componente tóxico en Colombia, porque además no fue la única víctima. Hace cuatro años, como una forma de homenaje, su esposo Daniel decidió iniciar una campaña, por medio de Change.Org, para exigir la prohibición del asbesto –como 55 países ya lo han hecho–, dirigida al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo.

Doscientas mil firmas se juntaron a través de la plataforma y los familiares de las víctimas lograron llegar hasta el Congreso de su país. En julio de este año, el presidente Iván Duque promulgó la ley Ana Cecilia Miño, que prohíbe el uso y explotación de esta fibra a partir del 2021.

Historias como estas abundan en la página de Change.Org, que en los últimos años se ha convertido en una poderosa herramienta de cambio social para incidir en las políticas públicas de diversos países del mundo.

Change - Pausa 5

En palabras de Jonatan Rodríguez, codirector de la plataforma en Colombia, Change permite a las y los ciudadanos vislumbrar los problemas y las injusticias de la sociedad, conectar y crear comunidad a través de las peticiones, haciendo que la ciudadanía dé el primer paso para activar y generar el cambio que desea.

En estos tiempos tecnológicos, esta herramienta quiere salir de los simples likes y retuits para llamar a la acción social. “Intentamos dar poder y voz a los que no tienen, para redistribuir el poder”, dice Jonatan, y no se refiere solo a grupos de personas a los que el Estado o los entes gubernamentales ignoran, sino también a animales y a la naturaleza.

Buscan que, como Daniel, los ciudadanos ejerzan sus derechos y sean protagonistas también, rompiendo el miedo a la represión y censura, abriendo debates públicos sobre inquietudes periféricas y democratizando la palabra, para disputar el poder político.

Expansión de la palabra

Hace 12 años, en San Francisco, Estados Unidos, nació Change.Org, y desde ahí se fue expandiendo a Europa, América Latina y Asia. En nuestra región se encuentra hace seis años y cuenta con oficinas en Ciudad de México, México; San Pablo, Brasil; Buenos Aires, Argentina, y Bogotá, Colombia.

Según datos de la plataforma, 150 millones de personas en toda Latinoamérica alguna vez apoyaron una iniciativa. En España, por ejemplo, el 30% de los ciudadanos firma y comparte las peticiones.

“Las personas crean procesos que van desde peticiones muy concretas y particulares, como arreglar un semáforo o tapar un bache en su comunidad, hasta cambios de leyes muy complejas, como en Colombia, la de prohibir el asbesto”, señala Jonatan.

<p>Jonatan Rodríguez es Co-director de Change.Org Colombia. La plataforma está presente en América Latina hace seis años y cuenta con oficinas en Ciudad de México, México; San Pablo, Brasil; Buenos Aires, Argentina, y Bogotá, Colombia.</p>

Jonatan Rodríguez es Co-director de Change.Org Colombia. La plataforma está presente en América Latina hace seis años y cuenta con oficinas en Ciudad de México, México; San Pablo, Brasil; Buenos Aires, Argentina, y Bogotá, Colombia.

Foto: Julián Roldán, Fundación Gabo.

En el 2015, el nombre de Axan, un niño de cuatro años, se viralizó en las redes sociales y los medios de comunicación, a raíz de que la institución educativa en la que estaba cursando el preescolar le prohibió la entrada por llevar pelo largo. Su mamá, A. De la Maza, inició una campaña dirigida al Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Conapred) y exigirle que tome una medida al respecto.

Treinta mil personas firmaron la petición y le dieron su apoyo a Axan, sentando postura en contra de los estereotipos de género. Ocho meses después de iniciada la campaña, su mamá compartió que recibió la resolución del Conapred, que determinaba que la escuela debía resarcir los daños hechos al niño y su madre, entregando un valor de 96.000 pesos.

De la Maza se animó a hacer valer el derecho de su hijo a la libre expresión y al acceso a la educación, y a pesar de todas las humillaciones y amenazas que recibió durante ese proceso, también le dieron apoyo miles de personas que empezaron a cuestionar el hecho de que un niño no pueda llevar el cabello largo.

Para filtrar firmas falsas, la organización cuenta con una estructura tecnológica que identifica los IPs de las y los firmantes. Jonatan manifiesta que el 98% son reales.

Para el equipo de Change.Org, el hecho de que cualquier persona puede crear una campaña y generar una movilización es una apuesta de pedagogía política. “Las autoridades y los gobernantes van a tener que ser sensibles ante estos reclamos digitales. Hay una balanza que se empieza a desnivelar, en que la ciudadanía exige y demanda cada vez más”, menciona Rodríguez, añadiendo que se va cerrando esa brecha entre los tomadores de decisión y los ciudadanos y ciudadanas.

El uso óptimo de esta herramienta demuestra la capacidad que tiene la gente de movilizarse y organizarse ante un hecho de injusticia.

Campañas por los derechos

Las personas que utilizan Change.Org tienen diversos objetivos. La mayoría dirige sus peticiones a alguna institución pública, demandando el cumplimiento de derechos para personas con discapacidad, mujeres o niños, pero también hay quienes lo hacen a empresas privadas, para visibilizar y exigir condiciones dignas de trabajo o para que dejen de fabricar productos de origen animal, maltratándolos.

<p>Representantes de Change.org tuvieron a su cargo el taller Tecnología y campañas para el cambio social en el 7° Festival de Periodismo Gabriel García Márquez. Activistas y periodistas de toda la región adquirieron herramientas para crear campañas que impulsen transformaciones sociales.  </p>

Representantes de Change.org tuvieron a su cargo el taller Tecnología y campañas para el cambio social en el 7° Festival de Periodismo Gabriel García Márquez. Activistas y periodistas de toda la región adquirieron herramientas para crear campañas que impulsen transformaciones sociales.

Foto: Julián Roldán, Fundación Gabo.

En nuestro país, las peticiones que lograron mayor ruido fueron las que tienen que ver con la modificación de la jubilación Vip con la que cuentan los parlamentarios, como también la eliminación de los aguinaldos extra que cobran los funcionarios públicos. Son pedidos que se vieron reflejados en las calles.

En ese sentido, Jonatan y su equipo sienten que existe una relación recíproca entre las movilizaciones digitales y las que ocurren en la vía pública. “Tomar las calles y los espacios públicos es un instrumento poderosísimo que, acompañado de las herramientas tecnológicas, hace que la ciudadanía se articule mucho mejor. Las semanas anteriores, en Chile, a la par de las protestas callejeras, se crearon un montón de campañas”.

Para crear una iniciativa con impacto, Jonatan resalta la importancia de tener una historia que contar, que genere empatía, un problema concreto y una propuesta de solución. Asimismo, un título que movilice y un texto bien narrado. Cualquiera que tenga ganas de generar un cambio puede crear una petición, pero siempre preguntándose qué es lo que quiere lograr, qué se necesita para eso, cuál es el mapa de poder, qué actores pueden incidir y qué tan realizable es su pedido.

“Queremos que a través del activismo, las personas dejen de usar internet como un espacio banal y superficial, y empiecen a ver el potencial de llamar a la acción a través de tecnologías sociales para generar grandes procesos de liderazgo y cambio social”, finaliza el codirector.

<p>Cualquier persona puede crear una petición en la plataforma en Change.org. El único filtro es que no promueva el odio, la discriminación o la difamación sobre la vida privada de una persona. </p>

Cualquier persona puede crear una petición en la plataforma en Change.org. El único filtro es que no promueva el odio, la discriminación o la difamación sobre la vida privada de una persona.

Foto: Julián Roldán, Fundación Gabo.

Filtros para el odio

Según Jonatan, Change es una plataforma abierta, neutral y gratuita. Las únicas restricciones que pone son para las peticiones que incitan al odio, van en contra de los derechos humanos o difaman sobre la vida privada de otras personas.

Guía para una buena campaña

A través de su blog comousarchange.org, la plataforma facilita tips y herramientas para que las personas generen campañas con impacto y resultados óptimos. Así también, cuentan con un canal en YouTube, Change.org Latino, en el que comparten, además de las peticiones victoriosas, un tutorial de “campañas con impacto”.

Modelo de trabajo

En América Latina, Change.Org funciona como fundación y se financia por la donación de miles de usuarios.

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