El suceso se produjo el domingo pasado, cuando Eugene Fritz, de 67 años, estaba pasando un día de pesca y regresó a casa con una garza azul viva que había herido al intentar capturarla, después de que se comiera su carnaza.
Fue la esposa de Fritz la que llamó a la Policía y explicó que habían discutido antes de que su marido saliera de pesca, regresara con el ave herida y luego la torturara y matara brutalmente, recogió el canal local WPTV.
Entrevistados por los agentes, los hijos de Fritz dijeron que su padre trajo la garza azul (una especie protegida en Florida, EEUU) herida a casa, donde le cortó las patas, acuchilló y rebanó el pescuezo delante de ellos.
La mujer relató a los policías que su marido había dado rienda suelta a su cólera contra el ave por haberse comido su cebo de pesca.
Fritz fue acusado de los delitos de “crueldad animal agravada y crueldad hacia un niño” debido al daño emocional que supone presenciar la muerte de un animal así.
Cindy Dionne, directora de la organización Treasure Coast Wildlife, dedicada al cuidado de los animales, dijo que este tipo de violencia contra los animales silvestres no es desconocida en esta parte de Florida.
“No hay razón ninguna para hacer daño a estos animales. No representan ninguna amenaza, solo tratan de atrapar su comida”, dijo Dionne.
Las garzas azules son una especie amenazada que está protegida a nivel federal por la Ley del Tratado de Aves Migratorias de EE.UU., según la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, por su sigla en inglés).